La Falla Ciudad Ros Casares «no había pasado los trámites para ser considerada como tal». La disolución por parte de la Junta Central Fallera, en el pleno del pasado martes, no obedece sólo a la presentación del censo fuera de tiempo. La comisión, que estaba a prueba desde su bautizo hace dos años, «ha incumplido de forma reiterada» los pasos para convertirse en una falla. «No estaba constituida pues», insistían ayer fuentes de JCF tras el revuelo originado por la decisión de dejarles fuera. Una medida, reiteran, que se ajusta «a unos reglamentos que todos los falleros conocen». Aseguran desde el máximo organismo de la fiesta que aunque los responsables de Ciudad Ros Casares esgriman indefensión, la delegación de incidencias fue conminándoles a entregar la documentación pertinente.

«Aún estamos esperando a que nos digan algo», incidían ayer dirigentes de la cúpula fallera. La reválida para ser falla nunca llegó a pasarla pues. Desde JCF, además, advertían ayer que en el censo que deberían haber presentado el 14 de abril „ «como todos, no se pueden hacer excepciones», recuerdan„, está sellado el 26 de mayo con un descenso revelador de integrantes. «Eran poco más de doce o trece, por lo que ni siquiera tenían para conformar una junta directiva», explican, en un intento por aportar algo de luz al tema. «Aunque digan que no sabían nada, no es cierto y es su palabra contra la nuestra, pero en cualquier caso tampoco pueden esgrimir desconocimiento de las normas porque ello no exime de su cumplimiento», argumentaban. Por lo tanto, «no hay posibilidad de rescate o de perdón» en la próxima asamblea de presidentes, pese al drama que supuso que las candidatas de la Falla Ciudad Ros Casares se hayan quedado fuera de la selección a la corte de honor.