Los comerciantes del centro de Valencia han pedido al Ayuntamiento que instale cámaras de vigilancia en las zonas turísticas para reforzar la seguridad y que los turistas estén satisfechos.

Según la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico de Valencia, las calles en las que deberían instalarse cámaras de vigilancia son Adressadors, Escolano, Linterna y Mallorquins, avenida Barón de Cárcer, Maestro Clavé, plaza Lope de Vega, plaza Redonda, plaza de la Reina, Paz, San Vicente, Ribera, Convento Santa Clara y Trench.

Piden que en los próximos presupuestos municipales se dote de mayor partida presupuestaria a la instalación de cámaras, así como que se busque la financiación de proyectos europeos basados en tecnología.

Los comerciantes aseguran que existen bandas "perfectamente organizadas" en las calles que frecuentan los turistas, alertan sobre los vendedores ilegales que ocupan la vía pública con productos "en su mayoría falsificados" y de la presencia de "problemas de explotación sexual".

"Hay que hacer todo lo posible para no perjudicar la marca Valencia como destino turístico de calidad y el éxito se basa en la experiencia del visitante desde que entra en la ciudad hasta que sale de la misma, por lo que debemos controlar la satisfacción final del visitante, en la que la seguridad que juega un papel muy importante", han asegurado los comerciantes.

Consideran "vital" eliminar las incidencias que reducen tanto la satisfacción del turista como el desarrollo de los negocios implantados y que causan, según indican, "un grave perjuicio en la consolidación del turismo como eje estratégico de la ciudad".

Sobre los vendedores ilegales en la calle, señalan que en su mayoría venden "productos falsificados y carentes de garantías sanitarias", y dificultan "el normal desarrollo" de los comercios al crear "verdaderas murallas de top manta" que dificultan el acceso a los establecimientos.

Respecto a los "problemas de explotación sexual" existentes en los alrededores de la avenida Barón de Carcer, Adressadors y Escolano, los comerciantes han señalado que las cámaras de vigilancia servirían para reforzar los recursos humanos de la Policía y contribuir de este modo a incrementar la seguridad ciudadana.

Han recordado los costes que suponen al Ayuntamiento los desperfectos que se ocasionan en las Fallas con quemas de contenedores, papeleras y otros actos vandálicos, que se verían reducidos con la instalación de estos elementos de vigilancia.

Además, han manifestado su preocupación por los ataques con ácido y pintadas en los escaparates que en algunas ocasiones han sufrido los establecimientos del centro.