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Fuertes vientos y aguas subterráneas

Un "paraíso" en El Tremolar

Unas rutas en barca que cubrieran el trayecto entre el Tremolar y el Palmar servirían para dinamizar este enclave olvidado además de recuperar la trayectoria antigua de los pescadores que iban desde Russafa a l'Albufera

Un "paraíso" en El Tremolar

La partida del Tremolar está partida. Una zona corresponde a la Ciudad de Valencia y otra a Alfafar. Hoy la conforman arrozales, pero antiguamente delimitaba la orilla de la Albufera. Su nombre viene de los vientos que azotaban aquel lugar, libre de vegetación alta. Era un lugar de aire fresco, donde los viandantes «temblaban» o «tremolaban» permanentemente. Por si los aires de la zona no fueran suficientemente fuertes, había otro elemento que contribuía al «temblor» de la zona. Las aguas subterráneas estaban tan cerca de la superficie que cuando las corrientes circulaban enérgicamente se sentía como un permanente terremoto.

Los musulmanes ya habían construido un fuerte en esta zona cuando llegaron los cristianos. Lo llamaban el «Castelló de l'Albufera», y de este nombre se originó el topónimo de Castellar. ¡Qué lástima que se haya perdido, porque es bellísimo!

Los guardianes de aquella fortaleza, para protegerse de las inclementes ventiscas, plantaron unos olivos que formaban una muralla natural. Así nació lo que se llamó el Oliveral. Más abajo, en la orilla de la Mar, estaba la «Partida de la Creu de la Conca», antes de que se denominara Pinedo.

De estos cuatro lugares: Castellar, l'Oliveral, Pinedo y el Tremolar; es el Tremolar el más desconocido. Alfafar se lo apropia como barrio suyo, y mantiene en «Wikipedia» que tiene 68 vecinos. Pero naturalmente no cuenta a los vecinos de la capital, que también son «tremolarins».

La división del Tremolar sólo se alivia en junio, cuando se celebran sus fiestas patronales. Todos los nativos, sin importar Valencia o Alfafar, se reúnen en los actos en honor de la Virgen de los Desamparados.

Tremolar es la partida más genuinamente rural de la ciudad. No tiene un centro reconocido, es sólo un camino largo que nació para unir el «Castelló de la Albufera» con la playa de la Cruz de Piedra. No hay plaza del pueblo, ni hay ayuntamiento, ni siquiera una iglesia que señale una demarcación religiosa. El ayuntamiento de Alfafar abrió un centro cultural y ecológico que puede ser considerado el punto de encuentro de la zona.

Junto a este modesto edificio se extiende la explanada donde se cocinan las paellas festivas, y donde se coloca un tablado musical para las actuaciones de los propios vecinos.

«El Tito» emula a «El Titi»

El Tremolar es la patria de «El Tito», émulo brillante de «el Titi». Pepe Mocholí, nacido en esta carretera, borda las canciones del desaparecido mito. Es el principal reclamo de las actividades festivas, donde también interpreta a Joselito y a Vicente Fernández. Prepara un gran espectáculo, el «Cabaret Margot», junto a Toni Campos y otros reputados creativos. Rafael Tatay es otro de los artistas de la zona. Su madre aboga por seguir los pasos de doña Concha Piquer. Es como si en esta huerta surgieran espejos de todos los grandes cantantes valencianos. No les hace falta traer a artistas de fuera para pasar veladas espectaculares.

Por supuesto el Tremolar tiene su propia Virgen de los Desamparados, a la que pasean en barca el día de su fiesta. El lujoso manto que luce lo confeccionó Miquel, el sastre de la barriada, que además preside la comisión festiva. Fue sufragado por el devoto Teodor Montolio, que está orgulloso de su contribución al evento.

En el Parc de l'Albufera

El Tremolar es parte del Parque Natural de la Albufera. En épocas migratorias se llena de aves preciosas. Verlas es todo un gozo, a pesar de que algunos campos están muy degradados y haría falta una remodelación general, interviniendo en edificios que presentan pésimo aspecto.

Si la ciudad de Valencia tuviera una política turística más coherente, el Tremolar sería su gran puerto lacustre a la Albufera. No en detrimento del Palmar, sino precisamente para impulsarlo. Unas rutas en barca que cubrieran el trayecto entre el Tremolar y el Palmar serían fantásticas, además de recuperar la trayectoria antigua de los pescadores que iban desde Russafa a la Albufera, y viceversa. El Tremolar, el último paraíso perdido de la ciudad de Valencia, espera su momento.

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