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Remodelación de la plaza de la Reina

"Si el autobús no pasa por la plaza de la Reina la zona está muerta"

Los cambios que el ayuntamiento proyecta en el céntrico enclave dividen a los comerciantes Satisface la peatonalización, pero preocupan la restricción al tráfico y la duración de las obras

"Si el autobús no pasa por la plaza de la Reina la zona está muerta"

División de opiniones entre los comerciantes de la plaza de la Reina tras el anuncio del Ayuntamiento de Valencia de remodelar esta zona, con el objetivo de «ganar espacio» y «recuperarlo para uso ciudadano», según afirmó el pasado viernes Jordi Peris, segundo teniente alcalde de la ciudad.

La nueva plaza se basará en un proyecto de 1996, ideado por Miguel del Rey, Íñigo Magro y Antonio Gallud, y consiste principalmente en peatonalizar el contorno del jardín, mediante la ampliación de las aceras y la eliminación del paso de vehículos y las zonas de aparcamiento. Además, se aumentarán los árboles, y se mejorarán los accesos al aparcamiento, que pasará a ser de gestión pública, después de que el antiguo gobierno local no prorrogara la adjudicación a la actual empresa. Ante esto, cinco comerciantes de la zona han dado su opinión y su visión de lo que puede suponer este cambio para la ciudad y cómo puede afectar a sus negocios.

Paz Veller, cocinera de Pico Fino, tapas & wine, afirma que conviene un cambio en la zona, ya que la plaza es «antigua» y más espacio para caminar «ayudará a que más gente pasee por la plaza», ya que los turistas «son peatones» y visitan la ciudad a pie, afirma Veller. Asimismo, la cocinera piensa que el cambio convertiría la plaza en «más fotogénica» y la remodelación provocaría que más gente se interesara en visitarla. En la misma línea ha opinado Marisa Fernández, de Huerta Santa Catalina, a quien la restricción de la circulación no le preocupa, ya que «no van a cerrar el tráfico, los coches van a poder seguir pasando por la calle Sant Vicent Màrtir», apunta. Eso sí, la camarera espera que cuando se produzca el cambio, el Ayuntamiento sea más permisivo con las licencias de las terrazas, y reconoce que aguantar las obras puede ser pesado.

Dudas sobre la necesidad de obras

No tan convencidos del cambio se han mostrado en Moltto, Rest & Bar, ya que su local está ubicado justo delante de la parada del bus turístico, y si este cambia de ubicación, el local perderá las ventas de los visitantes. «Si me lo quitan de la puerta perdería los clientes que compran bocadillos para llevar antes de subir al autobús», teme John Henao, gerente del restaurante. Además, Henao se lamenta del periodo de obras en el que tendrían que bajaría la actividad comercial y no podrían trabajar con normalidad. «Es un obstáculo -explica-. Poder subsistir es muy complicado, que muchos negocios actualmente ya no son rentables, y solo tienen ingresos para pagar al personal y los gastos», con lo que un periodo de obras podría agravar aún más esta situación, explica. En contra también se ha mostrado Merche Ferrer, de Fet de Vidre, que trabaja en un pequeño kiosko vendiendo artículos de vidrio elaborados artesanalmente por personas con discapacidad. En su opinión, «es una lástima» que se remodele esta zona histórica de Valencia, un lugar que ella ve «bien como está». También si se desvían autobuses piensa que no llegaría tanta gente a esa zona del centro, por lo que apuesta por dejarla como está e invertir ese dinero en «cosas más necesarias», como por ejemplo, mejorar el transporte público, ampliando líneas y recorridos, y rebajar su precio.

Una propuesta y una visión diferente es la que explican en La botiga de la Seu, apostando por un proyecto que combine la plaza actual y la propuesta de futuro. Emilio Causarás considera «una muerte» perder la actividad que genera el paso de coches. Por tanto, su cambio ideal es que el transporte público continue rodeando la plaza y que los coches particulares estacionen en el aparcamiento, que espera que al convetirse en público no sea «tan caro» como actualmente. Eso sí, ampliar el arbolado y el espacio para la zona de terrazas le parece correcto, ya que eso «forma parte de la plaza». Además, Causarás opina que lo que hay que hacer es seguir el modelo de algunas ciudades turísticas europeas, que han cerrado el centro al tráfico, exceptuando el transporte público, recalca, porque eliminar el transporte público de la zona, supondría una pérdida de clientes, como ha ocurrido en alguna ocasión tras la peatonalización de otras zonas de la ciudad.

Turistas y vecinos de la ciudad

Por otro lado, Amparo Vila, vecina de Valencia, tiene claro que las calles peatonales «benefician a toda la ciudadanía, porque hay más zona lúdica», por lo que ve positivo este cambio, aunque también se pregunta si es necesario y si la ciudad se puede permitir el coste. Por su parte, Carlos Ruiz, que ha venido de Córdoba y está pasando las vacaciones en Valencia con su familia, ve «bien» la plaza actual, aunque «cuantos más árboles mejor». Eso sí, afirma que les ha «sorprendido negativamente» la suciedad de las calles de Ciutat Vella.

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