ELa Cárcel Modelo de Valencia se inauguró en 1901, obra del arquitecto José María Belda, construida siguiendo un esquema funcional llamado panóptico, tipo de arquitectura carcelaria ideada por el filósofo Jeremy Bentham hacia finales del siglo XVIII. El objetivo de la edificación panóptica es posibilitar que el guardián, guarecido en una torre central, pueda observar a todos los prisioneros que están recluidos en celdas individuales situadas alrededor de dicha torre central. El efecto panóptico es inducir en el detenido un estado consciente de visibilidad y de estar permanente vigilado.
Cuando la Generalitat Valenciana en 2001 hizo público su deseo de rehabilitar la antigua cárcel Modelo para destinarla a la futura Ciudad Administrativa 9 de Octubre, la Asociación de Vecinos del barrio de Nou Moles solicitó un uso social para el complejo, así como centros educativos, deportivos e instalaciones de uso polivalente destinados al barrio. No les gustó el uso administrativo del espacio, ni la construcción de cuatro torres que alterarían la visión del espacio y destruiría parte del conjunto arquitectónico. Con mayor conocimiento de causa, el Colegio de Arquitectos de Valencia elaboró un demoledor informe contra el proyecto de rehabilitación basándose en el cambio del nivel de protección patrimonial; en la asignación a la parcela de una volumetría que no le correspondía; en la distorsión del paisaje urbano circundante y en la ruptura insalvable del carácter unitario del edificio original de la cárcel. El proyecto supuso la recuperación de las galerías de celdas, la vivienda del alcaide, los edificios de cocina y cuerpos de guardia. Se anunció una comisaría de policía, una escuela infantil, aparcamiento, instalaciones de carácter cultural, biblioteca y salas de exposiciones. La comisaría de policía, la biblioteca y las salas de uso polivalente sí están en marcha, la guardería no, tampoco la cafetería, pero la Ciudad Administrativa 9 de Octubre es un hecho. El barrio se ha llenado de bares y los vecinos sentados en bancos frente a las torres, contemplan el ajetreo administrativo como si de un espectáculo se tratara.
Foucault echó mano del panóptico de Bentham para explicar la sociedad moderna, se sirvió de la imagen de los presos ante la atenta mirada del vigilante oculto en su torre, como metáfora para explicar el control que el poder ejerce sobre sus súbditos. La acción de vigilar y su resultado „el sentirse vigilado„ constituyen un moderno instrumento de control y coerción social. También George Orwell predijo en su famosa novela «1984», con sus profecías de un estado totalitario, las técnicas modernas de vigilancia con el omnipresente Gran Hermano, expresión que se ha hecho tan popular que a todo el mundo le suena aunque sólo sea por programas televisivos y concursos de máxima audiencia. Ahora que nuestra actividad en las redes sociales nos delata, cuando gracias a internet lo vemos todo y todos nos ven, vemos que a los vecinos de Nou Moles les trae al pairo el panóptico de Bentham y la modernidad de Foucault y de Orwell. Sólo saben que, aunque les han plantificado cuatro grandes armatostes de vidrio, el barrio se ha llenado de vida y eso es lo que cuenta.
