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Tribuna

Fiesta patronal en la catedral

Con la expresión «la Seo», derivada del latín sedes (= residencia), eran denominadas antiguamente todas las catedrales. Porque constituían la residencia del obispo del lugar y su corte de gobierno, los canónigos, necesaria para los actos de culto y del ministerio episcopal. Y según el canónigo y cronista Sanchis Sivera en su «Historia de la Catedral de Valencia», «ya en el siglo VI nuestra ciudad contaba con esta Seo, llamada también Iglesia Mayor; aunque de dimensiones más reducidas que la actual. Si bien no hay documento que lo acredite». Pero lo seguro es, sigue afirmando en su libro, que el rey Jaime I después de conquistar a los moros la ciudad y entrar en ella el 9 de octubre de 1238, purificó su mezquita mayor encargando a Juan Pintor la construcción de un altar sobre el que colocó el cuadro de la Virgen que llevaba consigo. Y al día siguiente el arzobispo de Tarragona que le acompañaba, Pedro Albalat, celebró la primera misa; tras la cual la erigió en catedral bajo el patrocinio de esta Virgen con el título de «Nuestra Señora de la Seo», nombrando como obispo a Fr. Berenguer de Castellbisbal y a sus primeros trece canónigos.

Sin embargo, sabemos que esta «Virgen de la Seo» era la Asunción, porque los mismos canónigos lo hicieron público años más tarde (en 1356), al fundar con este título una cofradía para socorrer a los sacerdotes pobres; pero con el sobrenombre añadido de «en el misterio de su Tránsito y Asunción».

Es más; fijaron la celebración de la fiesta el 15 de agosto e introdujeron la costumbre de sacarla en procesión por las calles, adelantándose en dos siglos al resto de iglesias de occidente; de modo que es la procesión más antigua, fiel todavía a su ceremonial y recorrido originales. Con la novedad de hacerlo a la manera de las iglesias de oriente; es decir, con la imagen de la Virgen en posición yaciente o «gitadeta» (en valenciano); y no erguida, rodeada de ángeles y entre nubes, como era habitual en occidente.

La liturgia de su fiesta empezó el sábado por la tarde, a las 18,30 horas, con el canto de las primeras vísperas solemnes seguido de unos «gaudes» o «gozos» a ella dedicados, escritos en latín por el que fuera su más ferviente devoto, el papa valenciano Calixto III (Alfonso de Borja) cuando era obispo de Valencia (1429-32). «Gozos» que se componen de siete versos referentes a las distintas circunstancias de la vida de María en relación con Cristo, disponiendo que fueran cantados los sábados en todas las iglesias de la diócesis. Y de todo el mundo cristiano cuando accedió a Roma como pontífice (1455-58).

Mientras que la fiesta principal tuvo lugar ayer, empezando a las 9,30 horas con el canto de «laudes» y la recepción por el cabildo catedralicio de la «gitadeta» y sus clavariesas en la puerta principal de la Catedral para asistir a la misa pontifical que celebró nuestro arzobispo cardenal, Antonio Cañizares.

Finalmente por la tarde, a las 19 horas, discurrió la procesión por las calles próximas a la Catedral; corta, porque no es más que un cortés acompañamiento a la imagen para devolverla al lugar donde permanece todo el año. La iglesia del Milagro. Una pequeña iglesia ubicada en la calle de Aparisi y Guijarro, anexa al antiguo hospital que la cofradía levantó para atender a los sacerdotes pobres y ancianos, hoy «Residencia Sacerdotal San Luis Bertrán». Y, aunque iglesia y residencia no están abiertas al público al tener carácter de privadas, son admirables. Porque encierran sus muros el conjunto de azulejos iconográfico y ornamental más importante y valioso de España.

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