Una cosa son las promesas, sobre todo en elecciones, y otra muy diferente, los hechos. El PP prometió hace más de dos décadas transporte gratuito para los estudiantes. En aquel entonces, Francisco Camps era concejal de Tráfico pero tras tres presupuestos realizados íntegramente por el PP en solitario, la promesa electoral quedó en un segundo plano ya que la apuesta del entonces Gobierno se centró en una inversión de 1.600 millones de las antiguas pesetas para las nuevas cocheras de la EMT. En al año 1994, Camps aseguró que esperaba «poder asumir, más adelante, el coste de la gratuidad para los estudiantes». Sin embargo, 21 años después de estas declaraciones, no fue así. Ya entonces, el concejal popular se quejaba de la necesidad de conseguir un contrato-programa para la EMT que jamás ha llegado a al ciudad.

El colectivo de Parados y Precarios de Valencia teme que al actual Gobierno le ocurra lo mismo que al anterior. Es decir que lo que en principio se anuncia en un programa electoral quede en agua de borrajas cuando se estudia la viabilidad de la medida o las repercusiones de la misma para las arcas municipales.

«Sabemos que no es sencillo , pero deben entender que las personas que están desempleadas no pueden buscar empleo si no cuentan con acceso gratuito al transporte público. Hay personas jóvenes que se ´patean´ la ciudad de punta a punta. Pero también hay gente más mayor, que no puede hacerlo. Los políticos deben tener claro que lo que prometen hay que cumplirlo. No se puede decir una cosa y luego, dar largas», explicaron desde el colectivo.