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Menos es más en la ciudad a 30

Menos es más en la ciudad a 30

Ayer martes arrancaba una nueva temporada. El primer día de septiembre es equivalente para muchos al comienzo oficial del año. Unos terminan las vacaciones, sin demasiado entusiasmo por reincorporarse a su puesto de trabajo, y otros esperan con ansia la llegada del ajetreo, hastiados por un agosto largo en un país que se paraliza a lo largo de estos calurosos treinta y un días. Desesperante, si lo que se pretende es conseguir un empleo y mantenerse activo. Otros, los que han podido asegurarse trabajo gracias al turismo, preferirían que este mes que comienza no llegase nunca. Los síntomas son claros. La ciudad vuelve a llenarse y aparcar se convierte (de nuevo) en ese momento crítico que tanto odiamos y que solo el mes de agosto consigue librarnos de nervios, cabreos y retrasos.

Precisamente de medidas de pacificación del tráfico hablaba el lunes Joan Ribó: el centro histórico de la ciudad pasaba a ser, desde ayer martes, «zona 30» de tráfico. Era el anuncio de una medida que abría el nuevo curso. Las tertulias en las calles no se han hecho esperar. El «que si ya ves, que total no va a cambiar nada» se mezcla con los argumentos positivos y a favor de la nueva norma. Opiniones para todos los gustos, lo mínimo para generar un debate. El alcalde presentaba la medida junto al concejal Giuseppe Grezzi, recién llegado precisamente de Copenhague, donde ha estudiado su modelo de movilidad sostenible. Una de las ciudades más fuertes en la sensibilización del uso de la bicicleta y el transporte público.

La medida, como es lógico en estos tiempos, va acompañada de campaña de sensibilización, como el video publicado en Youtube compartido por el propio alcalde en las redes sociales o el hashtag #ElCentreA30 a través de Twitter, por citar algunos ejemplos. No solo se trata de respetar la velocidad, sino de concienciarse de ello.

Se reforzará con la colocación de muchas más señales a las que a buen seguro se unirán muchos más agentes abogando porque este detalle se cumpla a rajatabla. Para eso se crea. De este modo entramos en la lista de grandes capitales europeas y ciudades de nuestro propio país que ya tomaron la decisión tiempo atrás con buenos resultados. París, Bilbao, Estrasburgo y la misma Copenhague, sin ir más lejos, ya le dan más importancia y protagonismo a los peatones y a los comercios de sus núcleos urbanos y, a su vez, mejoran desde el punto de vista ecológico tratando de reducir la polución que los propios turismos provocan. Quizás este sea el inicio para la peatonalización de centro de nuestra ciudad. No estaría nada mal.

La medida se anunciaba justo el día en que la Vuelta a España hacía su acto de presencia en Valencia con la salida de los corredores en su décima etapa. En la Comunitat siempre ha habido una gran afición práctica al ciclismo, y es curioso que muchas de las pruebas oficiales, respetadas internacionalmente, hayan acabado por diluirse. Es el caso del Trofeo Luis Puig o la Vuelta a la Comunidad Valenciana.

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