El concurso para la estrategia del Cabanyal valoraba cuatro criterios: la oferta económica; la calidad técnica; el conocimiento del barrio y la calidad de los procesos de participación ciudadana. La de Gradolí ha sido la peor oferta económica (ofertó una rebaja del 10% al presupuesto de 30.000 euros) si bien ha resultado la mejor valorada en el resto de criterios. Entre las ofertas de más calidad estaban también la del arquitecto David Estal y la de la Universidad de Valencia. El resto de aspirantes eran Pricewaterhouse, Llogaritme, Cercle, Exeleria, Bordas y Peiró, San Juan Arquitectura, Idom, Ingenia, Entrepueblos, Enerlis, Aunium, Axioma y Aurum (que fue excluida).