Según la concejala delegada del área de Desarrollo Humano, Consol Castillo, la ciudad, por número de habitantes, podría instalar hasta unas 300 unidades y su objetivo es intentar alcanzar esa cifra progresivamente. Castillo se reunió con los responsables de las asociaciones «La Casa Grande», «El Rastrell» y «Cáritas», que son las encargadas de recoger, reciclar y vender lo que la ciudadanía deposita voluntariamente en esos contenedores. Esta actividad permite generar unos 90 puestos de trabajo para personas con riesgo de exclusión social, «cifra que se podría incrementar».

«La propuesta del Ayuntamiento es duplicar el número de contenedores y de contratos», coconcretó la concejala tras reunirse con estas organizaciones, a las que también emplazó «para que colaboren en la futura red municipal que el equipo de gobierno diseña para la acogida de refugiados». Finalizado el encuentro, Consol Castillo explicó que el objetivo municipal es revisar el convenio que en su día firmaron las tres asociaciones con el ayuntamiento para ampliar el número de puntos de recogida y organizar su ubicación para que estos no molesten a la ciudadanía.