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La trastienda

Que me lo expliquen

Que me lo expliquen

Esta semana ha tocado ruta cultural, primero el Muvim con una genial exposición de fotos de Weegee que te dan ganas de viajar al Nueva York de los años cuarenta. Hay otra de Xavier Mollá que hace un recorrido por distintos puntos del Mediterráneo con el que te das cuenta que siendo distinto, todo es igual. Con ésta te dan ganas de recorrer el Mediterráneo.

La de Quique Dacosta enseña su proceso creativo y ver su gamba envuelta en celofán nos dio para una larga disertación sobre arte y cocina. En ese momento me di cuenta de que era arte, ya éste debe ser transgresor y provocador y desde luego que el chef internacional lo logró. Visita al Microteatre y estreno en el Talia de «Nosotros no nos mataremos con pistolas», recomendable. También lo hago para alejarme del descontrol que reina a la vuelta de las vacaciones.

Resulta que ahora Ciudadanos y el PP pelean por ser los menos valencianos. Flipo. Tachan de catalanista al alcalde de Puçol por cantar el himno de la Comunitat cambiando la frase en la que se ofrenda a España. Flipo. Durante años el PP ha intentado ser el abanderado de las tradiciones y de la cultura valenciana, a su manera y su cultura, pero lo ha intentado. Ahora es al contrario, todo lo que huele a tradición y a raíces y a hablar en valenciano es catalanismo. La primera vez que escuché el himno sin esa frase fue hace años a los creadores de la entonces incipiente Unión Valenciana, cantar esa letra, sustituyendo lo de España por alusiones a la Senyera, significaba valencianismo, ahora resulta que significa catalanismo.

Sinceramente necesito un manual. También resulta que ahora el PP abandera denunciar las decisiones del nuevo gobierno que coarten las libertades, según ellos, imponer un himno, no dejar comprar en domingo o prohibir elegir en qué idioma estudian sus hijos (por poner los ejemplos que se citaron en la Escuela de Verano de NNGGCV).

Espero que sus votantes que cantan desde siempre ese himno, sus votantes que trabajan en grandes centros los domingos descansando luego un martes por el mismo dinero o sus votantes valenciano parlantes hagan llegar sus impresiones.

El tripartito hará cosas mal, seguro, pero no son esas. Igual que exigimos un gobierno serio y que se preocupe por las personas pagando por ejemplo los libros o eliminando el copago también nos merecemos una buena oposición. Precisamente eso, hacer bien su trabajo en el otro lado ha llevado a la formación de este gobierno y eso es algo de lo que esta oposición debería aprender.

Una buena medida, como limitar por el centro la velocidad a 30 se ve empañada porque no se cumplirá si no hay multas. ¿Por qué estamos tan acostumbrados a eso? Eso si que es una falta de libertad, porque en esos casos se demuestra la verdadera libertad, que se cumpla la norma por decisión propia y no por imposición. Por solidaridad, por mejora de nuestro entorno, por tranquilidad, por seguridad, hay millones de razones para cumplirla y millones de razones internas y negativas para no hacerlo.

Sinceramente preferiría una ciudad en la que si alguien circula a más de la velocidad indicada se le señalara socialmente como insolidario, incluso como mal valenciano. O dejar correr que circular a más de 30 es de catalanistas, tendría mejores resultados que las multas.

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