Sol Romeu, presidenta de la Asociación de Vecinos de L’ Amistat, presentará en breve un informe al alcalde Joan Ribó y al concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, que pone en evidencia las incomodidades que padecen las personas mayores a la hora de usar el transporte público, concretamente en los autobuses de la EMT. Ella, con sus 82, es buena conocedora de las mismas.

El trabajo, elaborado a modo de encuesta refleja, por ejemplo, que los accesos con escalón a los asientos son «muy difíciles de subir y de bajar» para las personas mayores, especialmente para «aquellos que sufren problemas en las rodillas». De hecho, la mayoría de los encuestados asegura no usar ese tipo de asientos por el miedo a tropezar. También, la totalidad de los preguntados se queja de la curva del asiento, ya que les incomoda y «produce dolor de riñones y lumbago».

Otra reclamación viene por el escaso tiempo que tienen las personas mayores a la hora de bajar del autobús una vez se detiene en una parada. «El 80% tiene que levantarse del asiento una parada antes porque no da tiempo suficiente para bajar», refleja la recogida de opiniones de Romeu. Este hecho aumenta las posibilidades de sufrir una caída, ya que se deben levantar cuando el autobús todavía se encuentra en marcha. «El conductor no tiene la culpa de los frenazos, pero estar de pie es peligroso porque perdemos el equilibrio», asegura Romeu.

Cita fallida con Gloria Tello

Con la intención de hacer llegar estas observaciones al Ayuntamiento de Valencia, Sol Romeu, que cuenta con 40 años de militancia vecinal, solicitó una cita con Gloria Tello, concejala de Bienestar Animal, quien recientemente anunció su intención de que los animales compartan el transporte público con los usuarios de la EMT.

Sin embargo, como le exigieron realizar «una petición por escrito indicando de qué quería hablar con la concejala», decidió cambiar de camino y dirigirse directamente al responsable de Participación Jordi Peris. Además, tanto el alcalde como Grezzi han aceptado su solicitud y tendrá próximamente citas con ellos para exponerles sus conclusiones respecto a los autobuses y otras cuestiones. Sobre la posibilidad de permitir que los perros y otros animales suban al autobús, Sol Romeu expondrá a todos su negativa a esta medida.

Más luminosidad en los paneles para ver con claridad los números de las líneas, mejoras para que los asientos sean más cómodos o más seguridad para subir y bajar y poder agarrarse en las curvas, son otras propuestas de la presidenta de la Asociación de Vecinos de Amistat. Todo ello con la intención de reducir el riesgo de caídas en los autobuses y mejorar el bienestar de los que usan el transporte público, con especial atención a las personas mayores —un colectivo que realiza un uso habitual de este medio de transporte—.

«Deben tener constancia de la opinión de las personas mayores. Nos ayudamos unos a otros, pero eso no es suficiente para nuestra comodidad y seguridad», concluye la dirigente vecinal.

Sol Romeu, media vida de militancia vecinal en Amistat

Tiene 82 años, pero para Sol Romeu el activismo va más allá de la edad. Lleva casi cuarenta años al frente de la Asociación de Vecinos de L’Amistat. Ha contribuido a sumar logros como la urbanización del barrio; medidas contra la contaminación acústica y modificaciones en el plan urbanístico para el viejo Mestalla.