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Tribuna

Periodistas valencianos con Donald Trump

Han pasado más de veinte años, pero con el protagonismo que está teniendo nuestro personaje la anécdota se pone de actualidad.

Corría el año 1992; un grupo de periodistas valencianos emprendimos viaje, con nuestras respectivas parejas, a los Estados Unidos. El motivo del viaje era asistir a un congreso internacional de prensa turística, y por Valencia figurábamos en la expedición José María Cruz Román, José Soler Carnicer, Victoria Salinas, el reportero gráfico Antonio Pérez Sanchis, Esteban Gonzalo Roger, Miguel Aparici y quien firma esta crónica, así como algunos otros miembros de la Asociación Valenciana de Periodistas y Escritores de Turismo (Avpeytur) cuyos nombres no retemos ahora en la memoria. ¡Perdón! En el vuelo inicial de aquella expedición aterrizamos en Atlantic City, y rápidamente se nos condujo a un lujoso hotel, donde se sirvió un desayuno bastante completo, dentro de las costumbres habituales: café, leche, zumos, pastas diversas?

Más he aquí que, cuando prácticamente habíamos consumido aquel desayuno, se levantó en la presidencia el dueño del hotel y atento receptor, que no era otro que el actualmente popular Donald Trump, el cual cogió un micrófono, dijo que tenía que marchar y nos sorprendió con una frase que más bien parecía la de un nuevo rico sin base cultural y social; porque nos dijo a los allí presentes -los había de otras provincia y nacionalidades- la siguiente frase: «Y ahora tomen y pidan todo lo que quieran, que pago yo».

Las carcajadas fueron inmediatas y sonoras; nadie pensaba que alguien con ese sentido fuera, veintitrés años después, un personaje que en su país está llamando la atención, pues aspira por el bando republicano a convertirse el inquilino de la Casa Blanca en Washington.

La anécdota quedó inolvidable para la historia. Y la estancia en Norteamérica se prolongó dos semanas, con visitas a la capital, a Nueva York, a Filadelfia, a Baltimore y una serie de poblaciones donde se desarrollaron las sesiones del congreso de prensa turística. Un hecho curioso de aquella estancia en Estados Unidos fue que un mediodía almorzamos en las Torres Gemelas de Manhanttan, justo en la planta quinta. Unos años después aquella torre fue destruida por un avión terrorista, y la foto del grupo valenciano que allí almorzamos la conservaríamos para, con motivo del triste acontecimiento, difundirla con emoción apesadumbrada.

En resumen, que una anécdota intrascendente ha venido a la memoria al ver lo que se dice y se escribe de un personaje pintoresco, que por ser muy rico puede alardear de eso: «Que pago yo».

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