La recuperación de la desembocadura histórica del Turia, que culminará el río verde que recorre la ciudad de oeste a este, es una vieja aspiración de la ciudad, especialmente de Natzaret, el barrio más castigado, junto con La Punta, por la expansión del puerto de Valencia. El tramo final del cauce antiguo es hoy en día una cloaca a cielo abierto que muere en una gran rotonda que el puerto construyó en 2004 sobre la desembocadura para ganar espacio para sus terminales y viales.

La creación de un parque en la desembocadura se incluyó como compensación en el convenio puerto-ciudad de 1986, pero nunca se ejecutó. Jean Nouvel volvió en 2007 sobre la idea de recuperar la desembocadura como un «delta verde» dentro de su diseño para el PAI del Grao, un nuevo barrio cuya ejecución depende del soterramiento de las vías ferroviarias al final de la avenida de Francia.

Lejos de compensar a la ciudad por la pérdida de la playa de Natzaret y por arrasar 780.000 m2 de huerta de alto valor en la Punta para construir una Zona de Actividades Logísticas (ZAL) aún sin uso y anulada por el Tribunal Supremo, el puerto acaba de aprobar un nuevo plan de usos que incluye un nuevo vial en terrenos reservados a zona de transición y espacios verdes para Natzaret en el convenio de 1986.

El nuevo ayuntamiento gobernado por Compromís, PSPV y València en Comú ha anunciado que hará valer los intereses de la ciudad frente al puerto, al que pedirá que libere la desembocadura, aleje sus viales de Natzaret y devuelva a la ciudad casi la mitad del suelo de la ZAL. El grupo socialista lanzó en 2008 una propuesta para recuperar 250.000 m2 de la ZAL que lleva más de una década acabada y sin uso. El PSPV, cuyo concejal Vicent Sarrià está ahora al frente de la Concejalía de Urbanismo, cree posible recuperar para usos urbanos la zona ubicada al oeste de la CV-500, la más alejada de la zona portuaria.