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Prevención

Jardines abate 150 árboles y palmeras que amenazaban a los viandantes

La concejalía introducirá nuevas formas de riego y especies más sostenibles para paliar el problema

Los bomberos retiran una palmera de 8 metros que cayó en la Gran Vía Germanías el pasado mes de julio. josé aleixandre

Las lluvias de los últimos días han devuelto cierta tranquilidad a los responsables de Jardines del Ayuntamiento de Valencia después de un verano muy caluroso que ha hecho estragos en el arbolado de la ciudad y ha puesto en jaque a los servicios municipales. 34 árboles y palmeras se han desplomado entre los meses de julio y agosto y otros 150 han tenido que ser abatidos de forma preventiva, una situación «catastrófica» en la que ya trabaja la concejalía para evitar que se repita en años sucesivos. Según Pilar Soriano, se modificarán los sistemas de riego, se mejorará la poda y se plantarán especies más sostenibles. Y todo ello, dijo, pese a que el anterior gobierno firmó un contrato de jardinería para 4 años que les «ata de pies y manos».

Como en años anteriores, la llegada del verano, acompañado en esta ocasión de un intenso calor, trajo consigo el desplome de árboles y palmeras, la mayoría de gran porte y generalmente sembradas junto a la vía pública. Algunas de las incidencias, como por ejemplo la fractura de palmeras en la calle Las Barcas y en la Gran Vía de Germanías, no generaron daños personales verdaderamente de milagro, por lo que la concejalía puso en marcha de forma inmediata un plan preventivo para quitar todos aquellos árboles y palmeras que representaran un peligro para la población.

Sólo en el mes de julio, cuando el problema estaba en sus cotas máximas y se contabilizaron 6 palmeras y 16 árboles caídos, se abatieron preventivamente 52 palmeras y 37 árboles. Y en el mes de agosto, ya con la situación más controlada y con sólo 1 palmera fracturada y 11 árboles caídos, se abatieron 16 palmeras y 45 árboles.

En total, este verano se han caído 34 árboles y palmeras y se han abatido 150, una situación que para la concejala de Jardines, Pilar Soriano, hay que invertir de cara a los próximos años.

Según dijo, el origen de este problema está en el «maltrato» que el arbolado ha sufrido en la última década, con un tipo de riego el superficie óptimo para el césped pero nocivo para el arbolado; con un mermado servicio de poda y, en general, con «una falta de recursos económicos» que ponen en cuestión la política del anterior Gobierno del PP.

En consecuencia, su intención es adoptar medidas en todos esos aspectos. La idea es regar a manta los árboles para que las raíces profundicen más y los hagan más resistentes; mejorar los servicios de poda y jardinería, es decir, descargar de peso a los ejemplares más frondosos; e introducir progresivamente especies más sostenibles. «El anterior Gobierno pensaba más en aspectos estéticos que en técnicos», dijo.

Según Pilar Soriano, no es necesario dejar de plantar palmeras, pues hay espacios donde pueden crecer sin problemas, pero hay que introducir arbolado que necesite menos agua y sea más sostenible, fundamentalmente especies mediterráneas. Los parques de Marxalenes y La Rambleta pueden ser un buen ejemplo, dijo.

Para todo ello, la Concejalía de Jardines pedirá más dinero en los presupuestos municipales del año que viene, aunque Soriano advierte que también hay problemas en este sentido.

La concejala recordó que el anterior equipo de Gobierno firmó el pasado 6 de junio, «cuando sabía ya que no iba a gobernar», un contrato de jardinería que tiene una vigencia de 4 años y que no responde a las exigencias del nuevo equipo de Gobierno. En cumplimiento de la Ley de Contratos del Estado, esos contratos no se pueden modificar más de un 10%, lo que les tiene atados de pies y manos. Si la cuantía es de 15 millones, se puede subir a 16,5, explicó, pero las necesidades son de 20 millones.

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