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Divagaciones

Paseo por Valencia con Luis Vives

Paseo por Valencia con Luis Vives

En el sofocante calor de este verano, mi mente se ha refrescado leyendo un libro del profesor de sociología y antropología F.J. Hernàndez: «Paseo por Valencia de la mano de Juan Luis Vives», me ha sumergido en un peculiar lugar donde no existen espacios, ni estaciones. Dice algo así en su libro el autor: «Usted puede sentarse en uno de los pocos bancos que hay a la sombra de un naranjo€aunque será un viaje corto, sin embargo, será largo en el tiempo». Recomiendo sentarse, no importa dónde y recorrer ese paseo en el que este profesor introduce a Vives, a través de una breve historia, desde la época de los romanos hasta finales del siglo XV y principios del XVI cuando Vives residía en Valencia. Los interlocutores del diálogo, Borja, Centelles y Cabanilles, llevan por la topografía de la Valencia contemporánea de este gran humanista, sus ociosos paseos errantes por barrios y calles en las que el autor nos sitúa por momentos, intercalando las curiosas conversaciones de estos personajes de la alta nobleza valenciana.A mi entender, los diálogos, además de una síntesis de conceptos humanísticos, ofrecen sobre todo una visión de la vida cotidiana renacentista. En este recorrido por Valencia, Vives inmortalizó su casa en la calle de la Taberna del Gallo. La desilusión hacia sus compatriotas se hace evidente en la carta que escribe a Maldonado: «En España leen poco mis obras, menos las entienden, menos aún las compran o se preocupan de ellas, dada la frialdad de nuestros compatriotas por el afán a las letras» y se queja del bajo nivel de estudios y educación en España. La primera vez que tuve conocimiento de nuestro genio universal, quedé conmovida por su historia, triste historia víctima de la terrible Inquisición. «Vivimos tiempos difíciles en los que ni podemos hablar ni podemos callar sin peligro». Dijo. La sombra, solapada de la inquisición, psicológica y moral ¿sigue, persiguiéndonos con diferentes tipos de inquisición e inquisidores contemporáneos? En Luis Vives, la exigencia fundamental del humanismo, no es solo algo más que el amor y el estudio de la sabiduría, sino la intención de renovarlo siempre y en esa especie de eclecticismo que me parece vislumbrar en Vives, causa una gran impresión. Abarcó todas las materias, pero sobre todo ese amor por la poesía de las pequeñas cosas. Los escritores del Renacimiento se apoyaba en ciertos presupuestos estéticos que compartían: el humanismo despierto y crítico. Vives fue un gran universalista, que avanzó ideas innovadoras, reflejo de la lucha contra los modelos mentales de aquel entonces. Propuso acciones en favor de la paz internacional, se adelantó al concepto de la unidad de Europa y de la atención a los necesitados. ¿Qué pensaría de la Europa actual; del trágico problema de los refugiados que huyen del horror y se encuentran con alambradas en sus fronteras? Aunque algunos países, conmovidos, están abriendo ahora, sus puertas. ¿Qué pensaría de la Europa mercantilista? En el sinsentido que en algunos momentos vivimos, detenerse en la historia y en la obra del filósofo europeísta e iniciar un paseo por Valencia de la mano de Juan Luis Vives y del profesor Hernández, renueva el espíritu.

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