Joan Ribó desempolvó ayer sus dotes como docente para explicar sus cien días al frente del nuevo gobierno municipal, recordando la herencia recibida del largo mandato de Rita Barberá „ «no es como para tirar cohetes», ironizó para acto seguido calificarla de «espada de Damocles»„, pero incidiendo sobre todo en la línea de trabajo del tripartito. «Algunas deudas las conocíamos, otras no», aseguró Ribó. «La situación es grave», llegó a espetar, aunque acto seguido quiso enviar un mensaje de tranquilidad al amplio auditorio convocado por Nueva Economia Fórum en el Hotel Las Arenas. «Pese a todo, lo tenemos controlado en los aspectos del ayuntamiento, no en la de los consorcios que dependen del Estado», señaló. Achacó las carencias en calidad de vida, de crecimiento, y la escasa calidad de servicios e infraestructuras a la infrafinanciación, momento en el que espetó a los empresarios presentes: «¿No creen ustedes que ya está bien, que ya toca que nos plantemos de una vez por todas?», tras calificar de «broma de mal gusto» las inversiones para Valencia de Fomento y Cultura.

«Las cifras „ refiriéndose a los números rojos municipales de 700 millones„, ruborizarían a cualquiera», comentó, reiterando la «condena» que supone para los actuales responsables municipales. Alcanzado ese punto, volvió a optar por una mirada positiva y apuntó a la refinanciación con los bancos para reducir el pago de intereses y poder aumentar el capítulo de inversiones.«A pesar de los obstáculos del señor Montoro», deslizó con ironía.

Entre las medidas fiscales que se pondrán en marcha con las ordenanzas para 2016, Ribó enumeró algunas como «mantener congelado el IBI residencial, subir el de los grandes comercios, actuar contra las bolsas de fraude de negocios que no cotizan, así como buscar fórmulas para la rehabilitación de viviendas con un sistema que permita la creación de empleo». Algo similar a lo que ayuntamientos como el de Madrid vienen anunciando en las últimas semanas. Todo ello, según Ribó, tratando de consensuar con los vecinos.

Ribó incidió, a lo largo de su discurso, en la decidida apuesta por la movilidad sostenible. «Valencia es una ciudad ideal para caminar e ir en bicicleta», recalcó, para recordar que debería devolverse a la gestión pública determinados servicios. «Se ha demostrado que que con una gestión municipal son más eficientes y más eficaces», aseveraba, refiriéndose al ámbito de la movilidad, el deporte y la educación. Los tres grandes bastiones sobre los que los socios de gobierno pretenden que pivote esta legislatura, y como ejemplo la recalificación del solar donde la Católica planeana una facultad. Pero, sobre todo, marcado con el sello de la «transversalidad y la interconexión entre las distintas concejalías», advirtió, para «no repetir errores del pasado». De muestra la regeneración del Cabanyal, el tema de los refugiados, así como el anuncio de ventajas fiscales para las casas y coches poco contaminantes.

Con el énfasis que le caracteriza, Ribó apuntó que ya era hora «de poner en valor el patrimonio de la ciudad, en lugar de destruir». En ese punto, se refirió a El Cabanyal «como un barrio clave» y simbólico, pero también aprovechó para prometer un mejor trato para zonas como Malilla, Torrefiel o las pedanías. Una limpieza diaria más efectiva de calles y jardines fue otro de los compromisos lanzados por el primer mandatario municipal, quien apuesta por una buena política turística y la investigación.

Oltra y la «feminidad» de Ribó

Como ya avanzara en la reunión del pasado lunes con el presidente de la Generalitat, Ximo Puig „ que ayer asistió al acto„, reiteró que están «dispuestos a poner recursos» para empezar el Parque Central y que la deuda del Consorcio Valencia 2007 la debe asumir el Estado, además de abogar por un futuro «público-privado» para Feria Valencia. Ribó se manifestó así durante la conferencia-desayuno del Fórum Europa-Tribuna Mediterránea patrocinada por Asisa y Bankia, y cuya presentación corrió a cargo Mònica Oltra. La vicepresidenta del Consell se deshizo en elogios hacia la figura política de Ribó, de quien destacó su «feminidad» en la defensa de la emancipación de la mujer.