Antoni Bernabé (Valencia, 1963) llega a Turismo Valencia Convention Bureau (TVCB) en un momento difícil para la entidad y estimulante para el turismo. Cree que el escándalo Urdangarín no ha afectado a los touroperadores o los visitantes, sino a la imagen institucional de España, por lo que su idea es iniciar una nueva etapa desde cero y con buenas perspectivas. Cuando le propuso el cargo Joan Calabuig, primer teniente de alcalde y responsable de Turismo de la ciudad, y sabiendo que varios patronos le habían dado su apoyo previamente, no lo dudó.
¿No le infunde «respeto» la fundación Turismo Valencia en este momento?
No, porque la fundación es un instrumento para gestionar el turismo de un destino, que además es mi ciudad. También es un sector en el que llevo más de 20 años trabajando. Y es una actividad que conozco bien, que me gusta y, por tanto, que es un estímulo, no una preocupación. La única preocupación es hacerlo bien.
La Fundación está en un momento bajo, al menos en cuanto a imagen, por el caso Urdangarín. ¿Cree que este asunto, con el procesamiento de su presidente incluido, le ha perjudicado?
Las consecuencias que se derivan de esta situación están en manos de los tribunales y desde el punto de vista de la gestión no tiene que afectar en absoluto. Existe, además, un buen equipo de profesionales, existe la participación de casi trescientas empresas turísticas, existe la Cámara de Comercio, la Confederación Empresarial... Por tanto, más allá de ese hecho lamentable, existe un entramado social que es el motor fundamental para que la fundación funcione.
¿Tampoco afectará a la imagen exterior, a los agentes turísticos?
Una cosa son las situaciones que hayan afectado a los máximos responsables de la fundación, que jamás tendrían que haberse producido y que afectan a la política y a las instituciones en general, y otra la proyección en los mercados. Esto afortunadamente no se percibe.
Entiendo, pues, que se inicia una nueva etapa sin lastres ¿Por donde habría que empezar?
En el turismo hay un gran objetivo que tiene que guiar todas las acciones. La ciudad tiene que seguir incrementando el número de turistas, que esos turistas estén cada vez más tiempo y que gasten más. Después, la ciudad debe conseguir esas mejoras optimizando al máximo los recursos con los que cuenta y ahí hay una labor de todos los que participan en la actividad turística: las empresas, que ya vienen participando en la fundación, y también las administraciones públicas, porque muchos de los recursos (museos, la Ciudad de las Ciencias etc.) están en sus manos.
¿Cómo tiene que participar la empresa privada?
Su participación tiene que ser esencial y eso hay que hacerlo primero integrando cada vez a más empresas en la fundación y haciendo que esa participación sea activa, no sólo en los órganos de gobierno, sino articulando la gestión de productos especializados.
¿En qué ámbitos se puede trabajar?
Estamos hablando, por ejemplo, de turismo cultural, porque tiene que ver mucho con la identidad y, al final, el turista lo que busca es autenticidad, busca tus tradiciones, tu sello de ciudad, la arquitectura que a lo largo de los siglos se ha ido quedando como patrimonio identitario de los valencianos. Tenemos que seguir reforzando el turismo de congresos, que es un turismo de alto poder adquisitivo. Tenemos que apostar por la gastronomía, porque España ha alcanzado un posicionamiento extraordinario a nivel mundial y además nosotros tenemos un plato que es conocido en todo el mundo, que es la paella. También el turismo médico, porque aquí tenemos buenas clínicas y buenos hospitales públicos de referencia; todo el turismo náutico, impulsando más la Marina Real...
No ha citado las Fallas.
Yo las Fallas las incluyo dentro del turismo cultural identitario. No hay nada más identitario que las Fallas y es importante que las pongamos en valor todo el año. También los talleres... No entiendo todavía cómo no hemos sido capaces de crear un gran museo en torno a la fiesta.
¿Es eso una propuesta?
Turismo Valencia no puede asumir todo, pero se puede hacer y además puede ir más allá de las Fallas, incorporando otras fiestas que pueden tener interés.
¿Y la Marina, que la ha mencionado antes muy de paso?
En la marina tenemos que trabajar para darle un uso social, pero también turístico. Todo lo que sea de disfrute para el ciudadano es de disfrute para el turista. No hay nada más interesante cuando llegas a una ciudad que conocer cómo viven.
