La celebración del día sin coches se vivió ayer con un espíritu casi festivo por parte de vecinos, turistas y escolares que pudieron disfrutar de la plaza del Ayuntamiento y su entorno libres de coches. Anuka Marco, vecina de toda la vida de la plaza del Ayuntamiento, apoyaba ayer la idea de peatonalizar de manera permanente la plaza «mayor», siempre que se mantenga el transporte público. «Es una plaza fea, con mucho ruido y si se prohibe que pasen los coches se podría plantar arbolado y poner más terrazas», aseguraba esta vecina. «Tendría que ser día sin coche todo el año», apuntaba esta vecina. En general, los vecinos consultados señalaban ayer más ventajas que inconvenientes a la peatonalización del centro histórico.

Para los vecinos de la calle San Vicente, el problema ayer no era el día sin coche, sino las obras de remodelación de la calle.

Menos optimistas eran clientes y vendedores del Mercado Central, afectados ayer por el cierre de la plaza del Ayuntamiento pero que llevan varios días soportando el cierre por obras de la calle San Vicente, principal vía de entrada al mercado.

Adoración Cela, vecina de la calle Brasil que acude todos los días al Mercado Central, se lamentaba ayer del perjuicio al mercado que había ocasionado la celebración del día sin coche un día laboral. «Deberían hacerlo en domingo para no fastidiar a los vendedores». Algunos de ellos cifraban la merma en las ventas entre un 20-30%. Se quejaban de que no es solo el día sin coche, son las obras en San Vicente y el retraso en la apertura del aparcamiento de la plaza de Brujas, pieza clave para los vendedores del Mercado. Así lo recordaba ayer el presidente de los vendedores, Francisco Dasí, quien explicó que ayer se registraron 5.000 clientes menos que un martes normal „10.880 frente a los 15.400 de un martes cualquiera„.

Menos molestos estaban algunos comerciantes del entorno del Mercat, como los dueños de una paquetería que no ocultaban su sorpresa porque había sido «un día bueno en ventas». «La gente está cada vez más concienciada y muchos clientes vienen en el autobús». Fuentes de la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico valoraron la medida si bien reclaman un «esfuerzo de concienciación desde los colegios».