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El Convento de los Predicadores se abre al público

El Convento de los Predicadores se abre al público

El antiguo convento de Predicadores de Valencia casi siempre ha tenido sus puertas cerradas, salvo cuando se ha celebrado alguna ceremonia. Hasta hace unos años no se podía ni hacer una foto al campanario, los soldados que hacían guardia en la garita frente a la puerta, lo prohibían por cuestión de seguridad.

Jaime I el Conquistador cuando emprendió la conquista de Valencia, recién tomada Mallorca, solía ir acompañado por fray Miguel de Fabra, un dominico que era su confesor y al que con frecuencia se veía, espada en mano, luchando contra los moros.

Cumpliendo lo prometido, el rey donó a la Orden de Predicadores un lugar en Valencia, frente a la puerta de los frailes del Temple, cerca de la puerta de la Xerea y delante de la torre de Ali Bufat. Allí se levantó una pequeña iglesia junto a la antigua Ciudadela, el rey fue quién puso la primera piedra el 11 de abril de 1239. En el Convento de Predicadores vivieron y fueron priores, San Vicente Ferrer y San Luís Bertrán y se celebraron diversos Capítulos Generales de la Orden. El Convento fue siempre protegido y visitado por los Reyes de Aragón y más tarde por los de la Casa de Austria.

Fue Alfonso V el Magnánimo en 1437 quién mandó construir la Capilla de los Reyes, pieza maestra del estilo gótico valenciano obra de Francesc Baldomar. Junto a él trabajaba Pere Compte, quién luego construiría la Lonja de la Seda. Inicialmente iba a ser el lugar donde enterrar a Alfonso el Magnánimo y a su esposa, la Reina doña María, pero el monarca murió en Italia, donde pasó gran parte de su vida y la reina prefirió ser enterrada en el convento de la Trinidad. La Capilla de los Reyes la acabó el rey Juan II, quién se la concedió con uso funerario a doña Mencía de Mendoza, marquesa de Zenete.

La Sala Capitular, otra de las joyas de la arquitectura valenciana, ha sido considerada como el precedente de la Lonja de la Seda. Pedro Boil, primer señor de Manises, Mestre Racional de Valencia, mayordomo del Rey Jaime II de Aragón, y Gobernador de Valencia „conocido también como Gobernador Viejo„, a cuya memoria se dedicó una calle cerca del Convento de los Dominicos, encargó el proyecto a un arquitecto desconocido. En uno de los muros de la Sala Capitular se custodia los sepulcros de dos caballeros de la Casa Boil. Desde los siglos XIV al XVII, aquí se reunieron las Cortes Generales del Reino durante los reinados de Pedro el Ceremonioso, Alfonso el Magnánimo, Carlos I de Austria y Felipe II.

Ya en el siglo XX se convierte en sede de Capitanía General y desde 1996 pasa a ser Cuartel General de la Fuerza de Maniobra. Recientemente se ha decidido que se pueda visitar el que es considerado el mejor exponente del gótico en la ciudad. Es una buena noticia, aunque hora y media los jueves, después de la misa, nos parece escaso tiempo para poder visitar un sitio histórico tan importante y poder contemplar el claustro gótico, la Sala Capitular, la Capilla de los Reyes y el mausoleo de los Marqueses de Zenete. Un horario de visitas más generoso sin duda haría más honor al Convento de Predicadores.

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