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Todo lo contrario

Todo lo contrario

El efecto bumerang, así lo llamo. Se padece entre la población cuando hacen una campaña tan mala que te da ganas de hacer lo que prohíben. Recuerdo una de las primeras antitabaco que daba ganas de fumar o cuando tu novio te repite tantas veces «seguro que te gusta fulanito porque es más guapo, simpático, alto? que yo». El caso es que nunca te habías fijado en fulanito pero te lo vende tanto que acabas encontrándole el puntillo. O en las pelis cuando alguien dice no toquéis este botón bajo ninguna circunstancia y ves en la cara de alguien que lo va a tocar en cualquier momento. Pues algo parecido me está pasando con la elecciones catalanas y creo que a los catalanes también.

Hay tantos argumentos chorras en su contra que te dan ganas de hacerte independentista, como cuando oyes a Rajoy explicando si serán o no europeos o al obispo rezando por ellos. Que en el fondo es un tema que ni te va ni te viene. Bueno, igual sÍ, porque según cuentan por ahí, gente muy bien informada a través de las redes sociales, la intención de los catalanes es independizarse y luego invadirnos, así, sin avisar. Me imagino, como en Amanece que no es poco, a los catalanes repartidos por la ciudad escopeta al hombro y a Ribó como Rafael Alonso obligando a los invasores a largarse. Y es que con lo práctico que es poner el tomate en rodajas en el bocadillo no vamos a empezar ahora a restregarlo, con la faena que da eso.

El caso es que una vez más parece que el PP le hace la campaña al contrario pero esta vez han aprendido. Han planeado una estrategia para alejar a los catalanes del independentismo desde dentro. Con un arma secreta, Karmele Marchante. Viendo sus fotos con la bandera hasta el más radical cambiará las sardanas por los pasodobles.

De todas formas esto de salir huyendo hacia el lado contrario tiene sus peligros, ahora que Milagrosa Martínez dice que fue Consellera de Turismo sin tener ni idea del tema porque se lo mandó Camps y que todo lo que hizo fue culpa de él y Betoret también esgrime que Camps lo engañó con lo de los trajes, me da miedo que me de por empezar a cogerle cariño. A ver si todo es una campaña para mejorar su imagen, para despertar nuestra compasión por el pobrecito apedreado por sus propios compañeros. Bueno, no, haría falta mucho más. Y es que Valencia es cada vez más surrealista, entre lo de las Harleys de la policía para la visita del Papa y las cajas de documentos saliendo del ayuntamiento camino del juzgado, despilfarros y adjudicaciones sospechosas. Te paras y piensas ¿en qué manos hemos estado? ¿En quién podemos confiar? En los empresarios tampoco, que nos engañan con emisión de gases, en los médicos tampoco que te dicen que para estar sano bebas ocho vasos de agua al día, para los huesos cuatro vasos de leche al día, que uno de vino es muy bueno para la sangre, que una cerveza al día va bien para nosequé. ¡A mÍ no me da tiempo a beber tanto! Creo que me estoy volviendo un poco paranoica. Debe ser la llegada del otoño, con su caída de la hoja, su cambio de tiempo, ese ambiente melancólico y el suelo de mi casa lleno de pelos porque a mi perra le da por cambiar el pelaje entero en esta época.

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