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Entrevista | Carles Dolç

"Entiendo el galardón como reconocimiento a toda una generación"

El arquitecto y urbanista Carles Dolç se ha significado por su implicación en recuperar El Saler, el viejo cauce y el Botánico

"Entiendo el galardón como reconocimiento a toda una generación"

El arquitecto y urbanista Carles Dolç (Valencia 1949) nos recibe en su despacho de la calle Músico Peydró, en el corazón de Ciutat Vella. Acepta que lo definan como un activista social por su implicación en causas cívicas como la recuperación del Saler y la defensa del jardín Botánico. Poco amigo de los reconocimientos y premios, confiesa que no esperaba «en absoluto» el nombramiento como hijo predilecto por parte del Ayuntamiento de Valencia. Dice que recogerá el galardón como un reconocimiento plural. Afirma que la arquitectura, una profesión denostada en los últimos años, necesita un rearme ético.

¿Cómo ha recibido el reconocimiento?

No lo esperaba en absoluto, nunca se me había pasado por la cabeza una cosa así. Yo no soy amigo de honores, la verdad. Hay personas que lo merecen más. Yo lo entiendo como reconocimiento a una generación que empezó implicándose en mejorar la ciudad hace cuatro décadas con el Saler y el Jardín del Turia y, más recientemente, con el Jardín Botánico. Es algo simbólico.

¿Cual es el futuro de la arquitectura?

La arquitectura está necesitada de un rearme ético. Los arquitectos debemos trabajar con criterios de servicio a la sociedad y en este sentido la rehabilitación y el desarrollo urbano hacia el interior, hacia la ciudad construida, es hacia donde debemos trabajar. La ciudad en democracia ha mejorado mucho el espacio público pero también hay que trabajar en el espacio privado y en este sentido hay que trabajar en la rehabilitación del parque de viviendas, no solo en la parte antigua de la ciudad, también en los edificios y barrios de los años 50 y 60 y trabajar también en la eficiencia energética.

El Cabanyal es un barrio donde hay mucho por hacer

El Cabanyal es uno de los barrios que necesita una rehabilitación urgentísima. Las ciudades no deben copiarse unas a otras sino aprovechar y destacar sus particularidades, como en Valencia lo es su playa o el parque natural de la Albufera.

Uno de los retos de la ciudad es reducir el tráfico y apostar por la movilidad sostenible

Ciutat Vella tiene un problema urgentísimo de mejora de su movilidad. Llevo muchos años trabajando en el centro histórico y se ha mejorado en algunas cuestiones pero en movilidad Valencia está muy retrasada en relación a otras ciudades europeas y españolas. Los cambios en la movilidad están muy relacionados con el cambio climático y esto, aunque muchos no lo perciban así, es un problema real.

Uno de los compromisos del nuevo gobierno municipal es la recuperación de la desembocadura histórica y la regeneración de Natzaret ¿Lo ve posible?

Natzaret es uno de los barrios más castigados por la expansión del puerto. Yo recuerdo haberme bañado en la playa de Natzaret y todo aquello desapareció. Se puede trabajar en la recuperación de la desembocadura del Turia y hay distintas opciones. La propia asociación de vecinos planteaba la posibilidad de recuperar la desembocadura a través de la conexión del antiguo cauce con el nuevo, que sí tiene una salida directa al mar. El barrio de Natzaret en todo caso se merece un trabajo de reconversión.

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