La lucha contra el mosquito tigre que se instaló este verano en la ciudad se intensifica. El Ayuntamiento de Valencia ha pintado varias decenas de imbornales de la ciudad con una «pintura insecticida» para acabar así con todas las hembras de le especie que utilizan estos espacios para colocar sus huevas. Y es que estos lugares son un foco clave para su proliferación. Esta técnica ya se empleaba en el control de la población de cucarachas. Ahora se ha extendido a los imbornales y cuando un ejemplar del bicho toque sus paredes para depositar sus huevas morirá, al igual que sus crías. La medida se ha aplicado en los imbornales situados en un radio de 150 metros de los 31 focos de cría que por el momento se han detectado en la ciudad.

«Valencia se encuentra en el nivel 2 del proceso de contagio de este insecto en una escala de seis grados, pero estamos implementando medidas del nivel cuatro», explicó ayer Noe García, gerente de Lokímica, la empresa encargada del control de plagas. Además de estas acciones de choque, para profundizar en la reducción de esta especie la colaboración ciudadana es clave. Por eso el consistorio ha habilitado la aplicación AtrapaelTigre.com, donde cualquier ciudadano puede enviar fotos geolocalizadas de posibles focos de cría de esta especie.