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Entrevista | Alejandra Soler

"Recibo el premio por haber luchado siempre por lo que creía justo"

La centenaria Alejandra Soler ha dedicado su vida a luchar por la educación «para todos» y la igualdad de la mujer

"Recibo el premio por haber luchado siempre por lo que creía justo"

La lucha por los derechos de los más humildes es la base que ha guiado la vida de la centenaria Alejandra Soler (Valencia, 1913). Tercera mujer licenciada por la Universidad de Valencia y militante del Partido Comunista desde joven, sobrevivió a la dictadura de Franco y a la histórica batalla de Stalingrado. Vivió más de treinta años en la URSS y volvió a España en los 70 para luchar por la educación, el reconocimiento de la mujer y apoyar numerosas causas sociales. Habla cinco idiomas y no en vano fue jefa de la cátedra de Lenguas Romances de la Escuela Superior de Diplomacia. La edad le ha restado movilidad, pero mantiene intacto el carácter y el espíritu combativo que han regido sus 102 años.

¿Qué significa recibir este reconocimiento para usted?

Estoy encantadísima y sobre todo muy emocionada. Es un premio que nunca esperaba y menos si llega ahora, en los últimos momentos de mi vida. Para mí es todo un orgullo que se hayan acordado de una persona como yo y me reconozcan de esta manera. Desde el primer hasta el último día siempre he hecho lo que creído justo, y por eso me dan ese premio. Me siento orgullosa de mi camino. La defensa de los de abajo, de la justicia social y de la educación para todos son elementos esenciales en mi vida.

¿Cómo ve la situación de la mujer en la actualidad? ¿La igualdad es posible?

Todavía queda mucho por hacer, aunque está claro que se ha avanzado mucho. Cuando tenía 14 años y estudiaba Bachillerato intentaba convencer a mis compañeras de que no tenían conciencia de su valor en la sociedad y eso era un auténtico crimen. Sin embargo, cuando volví a España en el 71 después de 32 años en la URSS me sorprendió que, a pesar de todas las dificultades que supuso el franquismo, la mujer había avanzado algo. Me dio una alegría enorme ver que la mujer seguía viva. Pero todavía hoy la calle está contaminada por el pensamiento de que la mujer es menos que el hombre.

Nunca ha abandonado la lucha social. De hecho usted fue «la abuela del 15M» en Valencia. ¿Qué cree que ha quedado de aquellos días de movilización en las calles?

El 15M ha sido más relevante de lo que algunos creen. Yo veía allí a un grupo de chiquillos que no habían pensado nada hasta entonces sobre su entorno y que empezaban a comprender que eran un fuerza muy importante en la ciudad. Yo soy comunista revisionista. Pienso que no se puede vivir en el pasado pero tampoco conformarse con el presente. Hay que empujar para avanzar y el 15M lo consiguió aunque algunos digan que no.

¿El cambio en el signo del poder político en Valencia y en buena parte de España o la pérdida de fuerza del bipartidismo sería un ejemplo?

La alcaldía de Valencia es un ejemplo magnífico. Ha recuperado una libertad que hace tiempo que había perdido. El ayuntamiento es ahora lo que siempre debería haber sido: la casa del pueblo. Y eso es un síntoma del cambio y de que todo aquello sirvió para mucho. Ahora la juventud tiene conciencia del momento social que vive y sabe que todavía queda mucho por hacer. Hay que acabar con muchas cosas que asolan la sociedad, pero estamos en el buen camino.

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