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Comerciantes

"No queremos que vuelvan los coches"

Los comerciantes de las calles que han sido peatonalizadas en los últimos años no darían marcha atrás - Se quejan de la invasión de terrazas y apuestan más por semipeatonalizaciones

"No queremos que vuelvan los coches"

Las peatonalizaciones que se han llevado a cabo en las calles de Ciutat Vella han supuesto una mejora para el comercio que en líneas generales valora este tipo de intervenciones y no daría marcha atrás. «Tiene ventajas e inconvenientes pero preferimos que no pasen coches», así lo asegura el dueño de una paquetería histórica de la calle Músico Peydró, la famosa «calle de las cestas». «No tenemos nada que envidiar a Don Juan de Austria», asegura la encargada de una tienda de bolsos de la misma calle. «La gente tiene más espacio para andar y ver los escaparates; no nos gustaría que volvieran los coches, menudo follón», remacha la dependiente de la tienda de tocados y sombreros Madame Frou Frou.

Los comerciantes de calles como En Sanz (especializada en trajes de novia), Convento San Francisco, Padilla o Maestro Clavé aseguran que en un primer momento los proyectos de peatonalización se acogen con «incertidumbre» y generan cierta resistencia, sin embargo, la gente se acaba acostumbrando a las «calles salón» y a venir andando, en transporte público o a pagar el aparcamiento. Así lo explica Mercedes Cerdá, encargada de una coqueta tienda de mueble auxiliar de mimbre con más de 20 años de historia, quien explica que la reurbanizacion ha cambiado el tipo de cliente. «Ahora pasan mas turistas, la gente mira mucho». Esta tienda hace años que ofrece a los clientes que no puede acceder con el coche el servicio la entrega a domicilio, con todo reclaman «más flexibilidad con la zona de carga y descarga».

También hay comerciantes que dudan de las bondades de la peatonalización. «Son calles más limpias pero los coches también dan vida al comercio, el día sin coche había un silencio sepulcral», afirmaba la encargada de la tienda de novias La Boheme.

La Asociación de Comerciantes del Centro Histórico considera «totalmente positiva» la peatonalización de las calles comerciales, si bien lamentan que el espacio público que se ha ganado al coche y que en el algunos casos pagaron comercios y vecinos con contribuciones especiales estén siendo invadidas por las terrazas de la hostelería. Las peatonalizaciones han supuesto el desplazamiento del comercio tradicional. Si en 2007, antes de la crisis, el comercio representaba el 66% de los negocios de los ejes comerciales de Ciutat Vella, en 2015 el porcentaje ha descendido hasta el 56%, mientras que el de hostelería ha pasado de representar el 20% al 23%. Los comerciantes se quejan de que los hosteleros se aprovechan de las reurbanizaciones que en muchos casos han sido financiadas con fondos europeos porque contaban con un elevado porcentaje de comercios tradicionales. Por este motivo, los comerciantes son ahora más partidarios de intervenciones de semipeatonalización, o ensanchado de aceras, como las que se están llevando a cabo en Hernán Cortés y el entorno de la calle Colón, la milla de oro comercial. «Mientras no se ponga control a las terrazas, preferimos las semipeatonalizaciones», asegura la portavoz de la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico, Julia Martínez, cuya entidad lleva años reivindicando la creación de rutas peatonales comerciales.

Los comercios del entorno de la calle San Vicente están preocupados por las consecuencias que pueda tener la semipeatonalización de la calle San Vicente. La idea de peatonalizar ejes trasversales ha funcionado bien, si bien les preocupa que la restricción del tráfico en un eje principal como San Vicente puedan acabar aislándoles. En este sentido los que miran con más recelo los planes de movilidad y peatonalización del centro histórico del nuevo gobierno del tripartito son los vendedores del Mercado Central.

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