La Concejalía de Comercio tiene en mente una especie de revolución en los pequeños mercados de la ciudad para sacarlos adelante y además hacerlo de acuerdo con las nuevas tendencias. Para el coqueto y céntrico mercado de Mossén Sorell se estudia una aproximación a lo que se ha dado en llamar mercado «gourmet», mientras que para el mercado del Grao se trabaja ya en la creación de un mercado Kilómetro cero, es decir, un mercado de producto valenciano donde se compre, se cocine y se deguste sin salir del recinto. Y para el agonizante mercado de San Pedro Nolasco se plantea su cierre temporal mientras se busca una forma de devolverle la actividad.
Era una idea general y la experiencia del sábado pasado en el Mercado Central ha acabado de despejar todas las dudas sobre la necesidad de que Valencia tenga un mercado de tapas, de degustación, de alta cocina o una mezcla de todo eso. Es tendencia en todo el mundo y en Valencia ha terminado por ser una carencia, así que la Concejalía de Comercio se propone avanzar en ese sentido. En algunos casos ya ha hablado con los vendedores afectados y en otros lo hará próximamente.
Según explicó Carlos Galiana, la idea del mercado «gourmet», que el anterior gobierno manejó para el mercado del Grao, podría tener su lugar en el pequeño mercado de Mossén Sorell, situado en el barrio del Carmen, a apenas cien metros de la Plaza del Tossal. En la actualidad tiene 10 puestos y está completamente remodelado, por tanto la idea es hablar con los vendedores para ver qué productos pueden ofrecen y coordinar los distintos puestos para tener una oferta integral. «Queremos reunirnos cuanto antes „dijo Galiana„ porque en noviembre tenemos un acto allí y hay que prepararlo».
«Kilómetro 0»
Para el mercado del Grao, por su parte, la solución es distinta. En vez de un mercado «gourmet», que era la intención del anterior equipo de Gobierno, se piensa en un mercado «Kilómetro 0» (KM-0), es decir, un mercado donde se consuman productos de la tierra, donde se puedan comprar los productos valencianos, cocinarlos y degustarlos en un mismo espacio.
Para ello ya se ha celebrado un encuentro con los vendedores y esta misma semana está previsto hacer una nueva visita al mercado acompañados de posibles patrocinadores, «una fórmula que no se ha utilizado nunca en Valencia y que puede ser muy interesante en este caso», dijo Galiana. Todo parece indicar que es el proyecto más fácil y próximo en el tiempo. Se ha hablado ya incluso con la Conselleria de Agricultura para coordinar los trabajos y la puesta en marcha.
El más complejo, por contra, es el caso del mercado de San Pedro Nolasco. Apenas quedan tres vendedores y no todos abren todos los días de la semana. Puede decirse que es un mercado que agoniza desde hace años.
Según Galiana, su idea es reubicar a esos tres vendedores en otros mercados de Valencia y cerrar el suyo. Sería, añade, un cierre temporal para redefinir sus funciones y darle nuevos usos, sin perder, eso sí, la condición de mercado. «No cerramos para hacer allí una biblioteca», explica el concejal.
En este caso, uno de los problemas al que se enfrentan es el del entorno, que es bastante mejorable, con decenas de viviendas abandonas y ocupadas y con un solar abandonado y degradado.
