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Nuevos valores

Nuevos valores

Hace unos meses comentaba aquí mismo las valiosas localizaciones con las que cuenta Valencia por su luz y sus calles para atraer a directores de cine foráneos. Por su luz, sus calles, sus edificios....Y cómo ciudades como Nueva York, desde su ayuntamiento, están dispuestas a pagar mucho dinero por hacerse con un rodaje exclusivo. Hoy son los que se dedican a la faceta creativa de escribir cortometrajes y películas a quienes hay que destacar dentro de este sector tan sufrido como reconfortante.

Como viene pasando en los últimos años, el audiovisual valenciano (en cuanto a talento) sigue más en forma que nunca a pesar de las circunstancias. Mientras el debate y las negociaciones por una futura reapertura de RTVV crispa a unos y a otros, incapaces en ponerse de acuerdo ni por un momento, productoras, realizadores, guionistas y técnicos siguen destacando en su habilidad y talento más allá de nuestra ciudad.

Y eso lo saben bien en Madrid. En concreto Telefónica Estudios, empresa asociada, evidentemente, a la gran compañía de telecomunicaciones y una de las productoras más potentes a nivel estatal. Hace unos meses organizaba un concurso para guionistas emergentes, a través de la conocida y prestigiosa plataforma de Internet Notodofilmfest, donde se pueden ver y descargar multitud de cortometrajes y trabajos relacionados con el nuevo cine y que proyecta continuamente concursos entre nuevos valores, además de ser una referencia ineludible en el sector, para los propios creativos y para el público en general, que sin coste puede rastrear un sinfín de títulos. En el caso que nos ocupa, de entre más de quinientos argumentos presentados se seleccionaron dieciséis que competían por los dos premios y tres menciones especiales de este concurso.

Dos de ellos han ido a parar a dos valencianos. Miguel Marcos, por su guión «Segundo plato» y Alberto Evangelio por «Desconectada». El primero, dentro del género de la comedia y el segundo dentro de thriller de terror, su especialidad. Y da gusto ver cómo colegas de profesión se vuelcan en las redes sociales felicitando y valorando el premio conseguido por sus compañeros. Porque ellos saben bien lo que cuesta y la importancia de ese objetivo. Dos valencianos entre cinco de más de quinientos inscritos en total. Casi nada. Andan las grandes productoras del audiovisual sondeando nuevos diamantes, con la certeza de que el control de los contenidos, a través de producción de series, películas, programas propios y también encargándose de la distribución, es vital para el modelo actual.

Da igual cómo se encuentre el sector. Lo vocacional se impone y ellos siguen abriendo su camino. Muchos son los que se van a ciudades con más posibilidades laborales que la nuestra, en búsqueda de trabajos en muchas ocasiones más genéricos y no siempre placenteros, pero que pueden servir para refinanciar proyectos propios en los que sí creen a pies juntillas y con los que sueñan cumplir algún día. También aferrándose a las escasas subvenciones que existen. En muchos de los casos, una vez concedidas, tardan hasta dos años en cobrarse, por lo que tienen que buscar complejas soluciones bajo para levantar propuestas que tanto cuestan de nutrir económicamente.

Cierto es que ya se han pronunciado las instituciones con intención de plantear soluciones sobre este tema. De momento, lo que ya sabemos que sobra, es el talento. Y en Valencia lo hay.

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