Joan Ribó, acompañado del primer teniente de alcalde, Joan Calabuig, inauguró ayer el nuevo centro de mayores de Monteolivete recordando que es una «deuda histórica con el barrio» y producto de una larga reivindicación vecinal. Le escuchaban decenas de personas mayores y también representantes de la asociación de vecinos, que durante todos estos años ha dado la batalla para que los problemas del Plan Confianza no acabaran frustrando un proyecto vital para la zona.

Levantado con una inversión de 1,3 millones de euros, el centro tiene una superficie de 828,46 metros cuadrados distribuidos en dos plantas, con una cafetería con capacidad para 120 personas, una sala multiuso y dos aulas de formación con tabiques móviles.

Durante su discurso de inauguración, el alcalde defendió el papel social de las personas de más edad. «Ser mayor —dijo— no significa dejar de ser persona con inquietudes propias. Significa haber logrado un grado de madurez que ha de ser ejemplo, guía y referencia para la juventud». Por ello, subrayó la voluntad del equipo de Gobierno de «potenciar la participación, la integración y la autorrealización de las personas de más edad, para fomentar el ejercicio de la plena ciudadanía y evitar el deterioro físico y mental».

Al acto también asistió la concejala del PP, María Jesús Puchalt, quien recordó que fue su partido el que puso la primera y la última piedra, pues las obras acabaron el pasado mes de mayo. Recordó, así mismo, que el centro se ha hecho gracias al trabajo del PP en colaboración con los vecinos.