La carísima rotonda de la Avenida de Cataluña, la que corona el túnel de salida hacia Barcelona, ha caído definitivamente en desgracia. El nuevo equipo de Gobierno municipal tampoco recepcionará la obra mientras el Ministerio de Fomento no la entregue en las condiciones adecuadas, sobre todo de jardinería. Y en caso de que fuera así, no hay intención de poner en marcha la torre mirador, que se considera un exceso de la época del PP que no tiene demasiado sentido.
El paso inferior de la V-21 (Avenida de Cataluña) se inauguró en el año 2009 con bastante retraso y con una inversión global de 25 millones de euros por la inclusión, a petición del Ayuntamiento de Valencia, de jardines, fuentes y una gran torre mirador a la que se podría subir, pagando, para divisar la huerta de Vera, la playa y una de las más importantes entradas a la ciudad.
El problema es que tras su inauguración, el Ayuntamiento no ha recepcionado la obra por deficiencias en la misma y aunque en principio la Demarcación de Carreteras mantenía las instalaciones, finalmente están prácticamente abandonadas. El jardín se ha secado, las palmeras han desaparecido, el ascensor del mirador no funciona y las láminas de agua acumulan suciedad en todos los rincones.
Pese a esta situación, el gobierno municipal del PP no consiguió llegar a un acuerdo con el Ejecutivo de Zapatero ni tampoco con el de Rajoy. Y ahora el nuevo equipo de Gobierno sigue en las mismas. Según fuentes municipales, la obra no será recepcionada mientras no se acondicione el jardín y alguna otra deficiencia, pues el problema de las bombas o la señalización ya fueron corregidas. En estos pocos meses de gestión no se ha avanzado nada en este sentido.
Es más, en caso de que finalmente el ayuntamiento recepcionara la obra, no hay intención, en principio, de poner en marcha la torre mirador, pues se considera un exceso de la época del PP que no tiene ni accesos, ni sentido, ni demanda de la ciudadanía. Sólo tendría costes.
