La adjudicación del concurso convocado por el Consorcio Valencia para la gestión del Veles e Vents convocada para ayer ha quedado aplazada hasta el lunes próximo. El motivo no es otro que el recurso de alzada que ha interpuesto ARC Resort, el grupo con sede en Singapur que quedó descabalgado de la licitación por presentar su oferta fuera de plazo.

Al concurso del «Veles e Vents», que se destinará a espacio cultural, gastronómico y de formación, se presentaron dos empresas: Heineken España —de la mano de la Universitat de València y con el chef Javier de Andrés como gran fichaje— y ARC Resort. Esta empresa presentó un recurso alegando que el incumplimiento de plazos está justificado que ahora está estudiando la Abogacía del Estado. Hasta la semana próxima no se espera que esté el informe de resolución de las alegaciones.

Fuentes del Consorcio explicaron que se ha preferido esperar a que la Abogacía resuelva el recurso de ARC antes de realizar la adjudicación definitiva.

El grupo ARC Resorts presentó el pasado verano un proyecto para construir un hotel de seis estrellas con casino, un «museo del cristal» y jardines en el edificio Docks de la Marina Real Juan Carlos I de Valencia. El ambicioso proyecto supondría una inversión de 200 millones hasta 2018 en una primera fase de un proyecto que quiere convertir la antigua dársena portuaria en «el mejor resort dentro de una ciudad en Europa».

El recurso de ARC no es el primero que se presenta contra una licitación del Consorcio Valencia 2007. La adjudicación en mayo de 2014 a Recaba Inversiones del club de playa también fue polémica ya que otro de los aspirantes (grupo Salamandra) presentó un recurso argumentando falta de transparencia e inseguridad jurídica, entre otras anomalías.

El club de playa, un espacio a caballo entre la marina y la playa de las Arenas que cuenta con solarium, restaurante y piscina, es una de las infraestructuras clave para relanzar la marina, pero más de un año después de su adjudicación el edificio sigue pendiente de la licencia municipal, en concreto, del informe del servicio de Bomberos para poder completar las obras y empezar a funcionar.

La gestión del recinto ya ha empezado a dar problemas antes de empezar a funcionar. El empresario y el Consorcio se enfrentan ahora por el pago del elevado canon mensual (25.000 euros) del club de playa, que debería haber empezado a funcionar en primavera de este año. Las deudas se acumulan para el promotor del club de playa, que está negociando el pago fraccionado del canon, cuando todavía no ha podido abrir al público el recinto. El Consorcio recuerda que el impago del canon es motivo para rescindir el contrato si bien confía en alcanzar un acuerdo.