«Vivir Valencia, escuchar su aliento y celebrar su pluralidad como una vivencia participada, dejar de lado insidias inútiles y ganar en cohesión», ese fue el llamamiento que hizo ayer que el arquitecto, urbanista, activista y nuevo hijo predilecto de la ciudad durante el acto de entrega de honores y distinciones que cada año concede el Ayuntamiento de Valencia. Como ejemplo de cohesión y pluralidad, Dolç señaló el hecho de que las distinciones que se entregaron ayer hayan sido concedidas por dos consistorios distintos. «Eso es un hecho de normalidad democrática que hay que resaltar», dijo el arquitecto en un emocionado discurso en el que dio las gracias en nombre de todos los galardonados.

Junto con Dolç recibió el título de hija predilecta la profesora Alejandra Soler de 102 años y «testimonio excepcional de los avatares del último siglo». Alejandra Soler, activista de los derechos de la mujer, estuvo varios años en el exilio. En su libro de memorias asegura «la vida es un río caudaloso con peligrosos rápidas. Al final de todo sigo comunista». La centenaria profesora fue la más ovacionada del acto.

También en su discurso el alcalde, Joan Ribó, ensalzó la «diversidad» y «pluralidad» de la sociedad valenciana instando a «dejar de lado» diferencias para mejorar cada día. Haciendo gala de ese espíritu de concordia Ribó entregó la medalla de oro de la ciudad a la centenaria Academia de Cultura Valenciana, pese a que en su día su grupo votó en contra del reconocimiento por entender que esta entidad dividía a los valencianos en el uso de la lengua. En este sentido, Ribó destacó en su discurso que «de nada servirán disputas estériles si el valenciano acaba convirtiéndose en una mera pieza de museo».

La entrega de las distinciones, que normalmente se hace el 9 d´Octubre se ha retrasado este año puesto que Alejandra Soler no podía asistir ese día por enfermedad.

También recibieron la medalla de oro la Ciudad del Artista Fallero, el Mercado Central, del que también se cumplen los cien años del inicio de su construcción y el diario Las Provincias, por su 150 aniversario. El alcalde en su discurso ensalzó a la Ciudad del Artista Fallero como «esencia de la singularidad del pueblo valenciano» y pieza «clave» en la petición de la declaración de las Fallas como patrimonio de la Unesco. También elogió al Mercado Central como «símbolo de nuestro dinamismo» y se comprometió a buscar una solución para el aparcamiento de Brujas y la urbanización de la plaza.

Al acto asistió la corporación local; el presidente de las Corts, Enric Morera; la consellera de Vivienda, María José Salvador, y el subdelegado del Gobierno, Juan Valderrama.