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Los 52 días de vida extra para Casa Calabuig

El legendario bar, reabierto por los propios trabajadores tras la quiebra de la empresa gestora, cerró definitivamente el pasado domingo

Los 52 días de vida extra para Casa Calabuig

El rocambolesco final de Antigua Casa Calabuig no hace justicia a su dilatada historia. Ni la solera de sus 112 años de vida le han servido para salvarse de un triste final, con problemas legales que amenazan la estabilidad de las ocho familias que vivían de este centenario negocio.

La empresa que gestionaba el bar cesó oficialmente su actividad el pasado 27 de agosto, tal y como avanzó Levante-EMV. Sin embargo, el gerente de Antigua Casa Calabuig no ha procedido a liquidar la sociedad, ni tampoco ha dado de baja a los trabajadores en la Seguridad Social. Ante esta situación, un grupo de empleados que tenía llaves del local, decidió reabrir las puertas tan solo tres días después para paliar su grave situación económica, ya que llevaban cuatro meses sin cobrar las nóminas. Pero el domingo pasado, la dueña del bajo y del edificio que alberga las instalaciones, la viuda Juan Brotons, ordenaba el cierre definitivo de las instalaciones por el impago reiterado del alquiler. Si Casa Calabuig renace en la misma ubicación, ya será con otro nombre y otros gestores.

«A pesar de que técnicamente el gerente de la empresa cesó la actividad de la misma el pasado 27 de agosto, comprobamos que no nos había dado de baja en la Seguridad Social. El gerente se ha desentendido de todo€ Se daba entonces la circunstancia de que los trabajadores eran parados, pero no desempleados, ya que en teoría seguimos cotizando», explica José Juan López, uno de los socios afectados.

«Ante esta situación „continúa explicando José Juan„, algunos trabajadores que tenían llaves decidieron reabrir el local y funcionar mientras pudieran. Fue una decisión sorprendente y que pilló por sorpresa a muchos amigos del barrio. Pero el domingo la dueña del local, y también del edificio completo, dio la orden de su cierre definitivo por el impago de los alquileres», resume el extrabajador de Antigua Casa Calabuig.

La sociedad que gestionaba Antigua Casa Calabuig contaba inicialmente con ocho socios y a la vez trabajadores del bar. Con el paso de los años, la cifra de socios-empleados se redujo hasta los 5 actuales, mientras que otras cuatro personas contaban con contratos de temporada.

José Juan López lamenta que el gerente, Juan Domingo, se haya desentendido totalmente de la empresa. «Lo razonable, viendo la grave situación financiera de Cas Calabuig, hubiera sido solicitar primero el concurso voluntario de acreedores, cesar la actividad comunicándolo a la Seguridad Social y proponer la disolución de la sociedad. Así al menos, los trabajadores ahora podrían apuntarse al paro y tener la reglamentaria prestación para subsistir. Pero este hombre lo ha dejado todo sin arreglar y ahora habrá que esperar a que la Inspección de Trabajo solucione este asunto. Pero mientras, nadie cobra€», reitera el López, de 56 años.

El negocio de Antigua Casa Calabuig se vino abajo después de la pérdida paulatina de clientes, que al final han terminado con su rentabilidad. El bar está listo para reabrir en cualquier momento gracias al buen estado de sus instalaciones.

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