Los vendedores del Mercado Central se oponen frontalmente a la apertura en domingo, pero no descartan abrir progresivamente por las tardes si se dan las condiciones adecuadas y ellos, ahora muy divididos, acaban aceptando esa posibilidad. La urbanización de la Plaza Ciudad de Brujas y la apertura del aparcamiento sería un impulso en ese sentido, dijo el presidente de los vendedores, Francisco Dasí.
Entre las muchas opciones que maneja la Junta Directiva del Mercado Central, uno de los más importantes de España y elemento dinamizador principal del centro histórico de Valencia, está la de ampliar horarios para adaptarse a los nuevos tiempos, bien abriendo por las tardes o bien lanzándose a abrir los domingos, una medida esta última que estaría amparada por la vigente declaración de Zona de Gran Afluencia Turística.
Los vendedores, sin embargo, son reacios a ello. Lo han sido siempre. Desde luego, la opción de abrir los domingos y dejar el día de descanso para el lunes, la rechazan absolutamente. Según explicó Francisco Dasí, la Asociación de Vendedores está en la misma línea que la Conselleria de Economía y el Ayuntamiento de Valencia, partidarios de acabar con la liberalización de horarios y volver al cierre de los domingos. «Se podría abrir dos o tres fines de semana en Navidad porque las compras aumentan mucho, pero como idea general está descartada», dijo Dasí, quien considera demostrado que la apertura dominical «no es un adelanto ni para los negocios ni para el consumidor». «Eso sólo favorece a las grandes superficies», apostilló.
En marcha en otros mercados
Otra cosa es la apertura por las tardes, una medida a la que, de forma parcial, se han acogido otros mercados de la ciudad. El punto de partida en el Mercado Central, según Dasí, es una división total entre los vendedores, pues «no es lo mismo tener que levantarte a las 3 de la madrugada para ir a comprar el pescado que tener una tienda de frutos secos que abres la persiana y empiezas a trabajar». Pero «es una decisión que tendrán que tomar los propios vendedores» y que dependerá de las condiciones que se den en cada caso, precisa.
En este sentido, Francisco Dasí explicó que la urbanización de la Plaza Ciudad de Brujas y la apertura del aparcamiento subterráneo puede dar un impulso a esa idea. «Si la movilidad mejora y disponemos de un aparcamiento, los horarios se plantean de otra manera, podemos volver a abrir por la tarde, aunque sería progresivo y siempre por impulso de los vendedores», reiteró.
En cuanto a la posibilidad de dejar libertad a los puestos para abrir o cerrar libremente, el presidente de los vendedores del Mercat dijo que esa idea está descartada. A su juicio, «si en un mercado de 300 paradas abre sólo el 30%, en vez de un mercado tenemos un cementerio». «O se abre en condiciones o no se abre», ratificó.
Un modelo de mercado basado en el fresco que «funciona bien»
La modificación de los horarios en el Mercado Central, una cuestión aparentemente simple, lleva aparejada una cuestión mucho más compleja, que es la renuncia a un modelo de mercado basado en el producto fresco que lleva funcionando cien años y que funciona bien. «Aquí hay pescaderos que madrugan mucho para comprar sus productos frescos en la lonja y hay fruteros o verduleros que cultivan sus productos por la mañana y luego los defienden como propios en la parada», explicó Dasí. «Con ese modelo „añade„ es muy complicado ampliar horarios».
Es más, «sería una fórmula parecida a la que ya tiene la competencia». «Podemos perder lo que tenemos para ganar no se sabe qué», explicó el presidente de los vendedores. Las decisiones, pues, deberán estar muy medidas y consensuadas, concluyó.
