El Ayuntamiento de Valencia ha decidido «revocar parcialmente» la licencia de obras del Palacio del Temple, sede de la Delegación de Gobierno, al detectar que en el proyectado edificio de nueva planta tendente a la calle Maestres, de cuatro alturas, había dos que sobresalían por encima del antiguo monasterio. Se trata de un inmueble protegido por lo que ningún edificio de los alrededores puede superar la altura del palacio.

Según fuentes de la Concejalía de Urbanismo, el edificio, proyectado para albergar servicios anexos y oficinas de la delegación, era «totalmente legal». Sin embargo, se detectó que la altura del inmueble superaba la del Temple, en obras desde hace casi cuatro años. Por ello, han paralizado el proceso de rehabilitación del histórico monasterio y ahora será el ministerio quien tenga que abrir un proceso para que la concesionaria de las obras presente una reforma del proyecto.

El concejal de Urbanismo, Vicent Sarrià, considera «una negligencia» dar luz verde «a cualquier actuación que pudiera ser irreversible». Así se expresó el edil en la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno Local, en la que aseguró que esta revocación temporal de la licencia «no va a paralizar el resto de trabajos contemplados en la restauración».

Sarrià aseguró que esta decisión ha venido precedida «de reuniones y de un proceso de diálogo con el Gobierno y la Delegación de Gobierno».

El edil explicó los antecedentes de la obra. En 2009, el consistorio concedió la citada licencia de obras, «que incluía, además de la rehabilitación del palacio y de elementos internos, eliminar elementos impropios y construir un edificio de cuatro plantas con dos sobreelevados en la calle Maestres „en un lateral del edificio principal„, fuera del ámbito protegido».

Adaptar el proyecto

Con posterioridad se dio luz verde a una modificación del proyecto original ocasionada por la aparición de restos de la muralla islámica de la ciudad y otros restos arqueológicos. No obstante, indicó que en otra modificación solicitada en julio, su departamento «detectó que lo de los sobreelevados no estaba de acuerdo con el planeamiento vigente ni con todos los elementos de protección de un edificio con carácter simbólico y con máximo grado de protección».

El responsable municipal de Urbanismo afirmó que a partir de ese momento se instó a la Delegación del Gobierno a «adaptar el proyecto y eliminar los sobreelevados», pero destacó que «no ha habido acuerdo». En consecuencia, apuntó que «el gobierno municipal, ante una situación que exige el máximo rigor y que afecta a un bien patrimonial importante» ha decidido la revocación parcial de la licencia en lo que afecta a esa nueva edificación porque «cualquier actuación irreversible sería una negligencia».

«A nuestro entender, según los servicios jurídicos y la delegación de Urbanismo, el proyecto planteado no se ajusta a la normativa vigente ni a lo que vendrá cuando se apruebe el entorno BIC del Temple», explicó el concejal de Urbanismo.