La Policía Local de Valencia celebró ayer su día con nuevas formas y modelos muy alejados de lo que se ha visto en los últimos años. En consonancia con la aconfesionalidad del Estado y en línea con lo acontecido en anteriores celebraciones como el 9 d'Octubre, la jornada no se dedicó esta vez al patrón, el Ángel Custodio, ni se celebró la tradicional misa que todos los años daba inicio a los actos.

Es más, estos importantes cambios, anunciados la semana pasada por el nuevo equipo de gobierno y muy criticados por el PP, fueron acompañados también de una escenografía nueva. Hubo novedades en la colocación del escenario, en la austeridad del convite y en el espectáculo ofrecido a los asistentes, que incluyó una exhibición de la unidad ecuestre. Sólo se mantuvo, aunque en un segundo plano, el desfile de vehículos, presidido, curiosamente, por 3 de las 6 motos Harley Davidson compradas para la visita del Papa y ahora puestas a la venta.

Por lo demás, la jornada sirvió para que Sandra Gómez anunciara que en el mes de noviembre los más de 1.600 agentes de la Policía Local van a realizar un curso sobre violencia de género en el que aprenderán a detectar, seguir y denunciar esto casos. Según dijo, los cursos serán impartidos, en cinco sesiones, por personal de la casa, profesionales del poder judicial, trabajadores sociales y psicólogos que proporcionarán a los agentes las herramientas necesarias para detectar las señales, actuar con eficacia y ponerlo inmediatamente en conocimiento del grupo especializado de la policía.

El modelo policial

Por su parte, Joan Ribó defendió un modelo policial que pivote sobre tres elementos fundamentales: la proximidad, la mediación y la prevención». «Valencia —dijo— necesita una policía que actúe desde principios éticos, mantenga una relación fluida con los vecinos y lleve a cabo la tarea que los ciudadanos le han encomendado desde unos supuestos en los que prevalezca la labor asistencial y solidaria».