El alcalde Joan Ribó adelantó ayer que estudia la posibilidad de pasar la fiesta del 22 de enero (San Vicente Mártir, patrón de la ciudad) a un domingo y a cambio trasladar este festivo a otra fecha del calendario. A preguntas de los ciudadanos en Radio Valencia Cadena Ser, Ribó explicó que la festividad del 22 de enero «es una fiesta muy mal colocada y se tiene que cambiar». «No sé si pasarla al 18 de marzo „ como proponía un oyente„ u otra opción, pero creo que sí lo podemos hacer. Mucha gente tiene a los hijos con fiesta ese día, mientras los padres están trabajando fuera de la ciudad, ya que es una fiesta que se aprovecha muy poco».

Ribó justificó la posibilidad el cambio en que se trata «de una fiesta que los valencianos aprovechan muy poco». El alcalde no dudó en asegurar que la fiesta está «muy mal colocada por muchos motivos» y defendió la necesidad de cambiarla como se hizo con otras fiestas como la del corpus o la de la Virgen de los Desamparados, porque reconoce que «es importante poder aprovechar este tipo de días». «Creo que se puede hacer igual que el Papa, que se está planteando que la Semana Santa esté en una fecha fija», llegó a argumentar Ribó en un momento de la entrevista.

La gente «no tiene mucho dinero para irse de vacaciones al estar en la cuesta de enero», por lo que «es una fiesta que se tiene que cambiar, bien a domingo, al 18 de marzo o a otra situación», pero «sin querer romper nada». El 22 de enero es la fecha en la que la tradición asigna el martirio del patrón. El programa de festejos incluye el bautizo de un niño con una procesión que conmemora la recepción de las aguas bautismales por parte de San Vicente Ferrer.