«La ciudad hay que serenarla para alcanzar consensos ciudadanos». La teniente de alcalde y presidenta del distrito de Ciutat Vella, Pilar Soriano, aboga por el dialogo y la convivencia entre vecinos y comerciantes en el centro histórico. «Si hablamos y avanzamos en acuerdos entre las partes, es posible plantearse la derogación de la zona ZAS en tres años», dijo Soriano en el transcurso de la mesa redonda «Comercio y vecinos. Habitar el centro», que el festival Intramurs organizó el lunes .

La representante del gobierno municipal hizo de arbitro entre dos posiciones bien definidas, la de los vecinos que a través de la presidenta de la Federació d'Associacions de Veïns de Valencia, María José Broseta, reiteró su posición de anteponer el derecho al descanso antes que al ocio, y su posición favorable a restringir las terrazas y nuevos locales en el centro histórico. Joan Antoni Rodilla, presidente de Actividades Diversas de la Unión Gremial, recordó por su parte la cantidad de empleos que genera el sector de hostelería en Ciutat Vella y reiteró que los comerciantes son los primeros en cumplir con todas las normativas municipales, y a su vez los primeros en sufrir el abandono del barrio, en limpieza y alumbrado.

El arquitecto Carles Dolç, vecino del barrio e Hijo Predilecto de Valencia, incidió en el debate de la movilidad con el ejemplo de Copenhage, la capital danesa que cuenta con una población similar y es igual de plana que Valencia, donde el uso de la bicicleta es habitual. Además incidió que además de hostelería, en el centro histórico todavía existe un comercio tradicional vivo y el Mercat Central.

Representantes de la Asociación de Vecinos de Velluters, de Amics del Carme, así como de distintos locales de hostelería animaron el debate posterior, con el convencimiento que en el dialogo está el futuro de Ciutat Vella.