La desaparecida Bajada de Sant Francesc recibía su nombre porque nacía en la Plaza de Sant Francesc, en la esquina de la calle de las Barcas y terminaba en la antigua Plaza de Cajeros, que se encontraba a la altura de la calle San Vicente. Lo del término «Bajada» era poco menos que una ilusión en la llana ciudad de Valencia, donde al más insignificante desnivel se le hacía resaltar pomposamente.
Era una calle ni ancha, ni muy larga, pero era una de las más populares de la ciudad, llena de cafés y de hospederías.
La calle ofrecía una cómoda senda por la que atajaban los viandantes que desde el centro de la ciudad se dirigían hacia el camino de Russafa o hacia la estación del Ferrocarril del Marqués de Campo.
En la Bajada de Sant Francesc se encuentra uno frente al otro el antiguo Mesón de San Antonio, reconvertido en el Hotel Valencia y la Hospedería La Esmeralda. También se encontraba la relojería de Eugenio Carbonell.
La piqueta hizo desaparecer el suntuoso Café de España y el más modesto Café Suizo, un café largo de cómicos y toreros. Allí, y por el módico precio de un real, se podía degustar un café con gotas y pasar la tarde desollando sin piedad a algún compañero de arte.
