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El alcalde de Valencia, Joan Ribó, insistió ayer en que el edificio de Veles e Vents sea punto de recepción de refugiados sirios, ya que a su juicio la adjudicación del contrato de arrendamiento y explotación edificio a la multinacional Heineken no imposibilita este hecho. El alcalde aseguró que no necesitan «un plan B» ya que pasará un tiempo hasta la ocupación del edificio por parte de la concesionaria que ha ganado la adjudicación y además el ayuntamiento se reserva 15 días de actuación municipal. «Quien necesita un plan B es el Gobierno central para aprobar ya la cuota», denunció Ribó.

El alcalde reprochó este miércoles al Gobierno del Estado que «no se ha esforzado precisamente en agilizar este tema», en referencia a la asilo político de sirios que huyen de su país, un proceso que desde el consistorio creían «que iba a ser más rápido». Por ello, señaló que ahora lo que les preocupa es saber «cuándo van a llegar los refugiados que están en una la situación en la que están» mientras que el Gobierno estatal «no está haciendo nada».

El primer edil insistió en que el Ayuntamiento de Valencia está «dispuesto a recibirlos cuando lleguen y lo mantenemos» y se comprometió a generar «las condiciones» apropiadas para recibirlos. Ribó lamentó en este sentido que el consistorio quiere mostrar «la solidaridad de los valencianos y de todo el país» y que por culpa de ese retraso no pueden hacerlo.