No son pocas las cafeterías de Valencia que se adjudican el título del mejor café de la ciudad. Todas tienen fieles parroquianos, clientes que defenderían a capa y espada «su» cafetería, y también detractores que aseguran que no es para tanto. La última en aparecer en esta larguísima lista de las mejores cafeterías de Valencia es Mayan Coffee, situada a los pies de las torres de Quart.
Se trata de un local que ha ganado cierta fama en Ciutat Vella, sobre todo en los barrios de Velluters, El Pilar y el Carmen, gracias a un café traído directamente de América Latina. Ya el nombre del establecimiento da cierta idea de la intención con que su dueño, Óscar —que forma parte de la Asociación Europea de Especialistas en Café—, lo creó. Por si cabía alguna duda, el interior está decorado con tiento.
Una enorme imagen de un templo maya preside la cafetería. En cada mesa hay pequeños manteles similares a las telas originarias de América Latina. El entorno está tan cuidado que pese a encontrarse a la sombra de las mismísimas torres de Quart es difícil no sentirse llevado casi en volandas a las selvas del continente americano, concretamente a las de Guatemala.
Sin intermediarios
Como en muchos otros locales de la ciudad, el café aquí es el rey. Podría parecer evidente, pero no son pocas las cafeterías de Valencia que prestan más atención a otros platos u ofertas gastronómicas y relegan el café a la máquina de expresos. Eso en Mayans es casi un sacrilegio. No es que cada grano sea escogido con tiento en origen, pero casi. La materia prima proviene de Guatemala a través de intermediarios implicados en el proyecto, de tal manera que el café de Mayan consigue, además, formar parte del comercio justo al asegurar un buen precio en origen para quienes lo cultivan en las montañas de Guatemala. Se consigue así un sabor que los más cafeteros alaban.
Muchos de los clientes aplauden que Mayan, pese a su ubicación, no es ninguna trampa para turistas. Es más bien todo lo contrario. Puede calificarse como uno de esos tesoros ocultos que, en forma de locales de ocio, tiendas y bares o restaurantes, se esconden entre las abigarradas callejuelas de Ciutat Vella —y de prácticamente cualquier otro barrio de la ciudad—. La mayor parte de su clientela son, de hecho, locales, vecinos del barrio que han hecho de Mayan su establecimiento de referencia y uno de los sitios preferidos en en el centro de la ciudad para degustar un café.
