Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

De Valencia a París

Una valenciana para la revolución

Teresa Cabarrús triunfó en París pero nació en Valencia, aunque la mayoría de documentos sitúa erróneamente su origen en Carabanchel

Una valenciana para la revolución

Teresa Jordán es una magnífica actriz valenciana que triunfó hace poco interpretando apoteósicamente a la reina Federica de Grecia. El padre de Teresa, Rafael Jordán, es el sabio indiscutible del Rastro de Valencia. Librero a la antigua usanza, almacena en su mente títulos y ediciones, prescindiendo por completo de la informática. Representa toda una época que muestra sus grandezas en los detalles rescatados sobre el papel.

Teresa Cabarrús nació oficialmente en Carabanchel. Es lo que aparece en wikipedia e internet. Sin embargo, en una revista de los años treinta que tiene a la venta este Vicent Boix del mundo bibliográfico que es Rafael Jordán, Teresa Cabarrús aparece como valenciana. Hay dos teorías sobre su nacimiento, y la teoría centralista-madrileña ha triunfado sobre la explicación valenciana. Cabarrús fue la protagonista femenina más excepcional de la Revolución Francesa, con permiso de Su Majestad María Antonieta. La Ausburgo era reina de la monarquía y la Cabarrús fue la reina de la República. En un mundo monopolizado por hombres, ella fue el único grito femenino.

Domingo Cabarrús era un activo comerciante de Bayona cuya máxima ambición era ser ennoblecido; pasar de burgués a aristócrata. Para ampliar su imperio comercial envió a su primogénito, Francisco, de 18 años, a casa de su corresponsal en Valencia, don Antonio Galabert, que vivía junto a las torres de Quart.

Valencia, tras la uniformización borbónica, comercia con América. España y Francia están unidos por pactos de familia. Era una magnífica oportunidad de ensanchar la empresa bayonesa hacia los puertos de América del Sur.

Pero el joven Francisco estaba más preocupado por sus hormonas que por los negocios paternos. Conoce a la bella hija de los Galabert, de 14 años, e inician una relación secreta que en pocos meses se revela con el embarazo de la muchacha. A partir de aquí las versiones varían. Según la variante más conocida, los Galabert enviaron a los tortolitos a casa del abuelo en Carabanchel, que tenía una fábrica de jabones cerca de Madrid. Allí nacería aquella hija inesperada, tras el matrimonio fulgurante para cubrir las vergüenzas sociales.

De acuerdo con la explicación autóctona, mucho más lógica, los jóvenes se casaron como era costumbre, pero la hija, Teresa Cabarrús, nació en Valencia el 31 de julio de 1773, no en Carabanchel.

Aunque los Galabert estaban molestos, la mujer de Antonio exigió que su hija de 14 años pariera en casa, y después de tener el bebé a salvo ya los dejaron partir para iniciar una nueva vida. Francisco Cabarrús destacó. Tras dirigir la jabonera familiar se introdujo en los círculos de la Corte de Carlos III y en poco tiempo fundó el Banco de San Carlos, el primero español. Tras Teresa tuvo a su hijo Domingo, y a ambos los envió a estudiar a París para que no perdieran sus orígenes galos. Teresa estaba formándose en un convento de monjas, pero a los 14 años ya sedujo a un jurista prestigioso, Jacobe Devin, de 27 años. En febrero de 1787 se ofició la boda religiosa en presencia del embajador de España como testigo. Ya entonces corrían rumores de sus amoríos prohibidos con el marqués de Ducrest, de 40 años, y con monsieur Méreville. Dos años después, cuando Teresa ya usaba el título de marquesa de Fontenay, estalló la Revolución Francesa, y ella supo transmutarse genialmente en simple «ciudadana Fontenay» para esquivar la guillotina.

Intelectuales y romances

Teresa se relaciona con intelectuales de la Ilustración, e incluso tiene romances con ellos. El 14 de Julio de 1790 festeja la toma de la Bastilla ataviándose de musa olímpica. Devin se distancia de ella y pide el divorcio. Teresa se empareja oficialmente con el revolucionario Jean Lambert Tallien, y se le abren oficialmente los salones del nuevo régimen, hasta la instauración del «Terror» de Robespierre. La acusaron de ser la «Dubarry moderna», e incluso la encarcelaron en Versalles. Siempre supo subir a flote. Cuando Tallien cayó en desgracia, encandiló a Barrás, el nuevo hombre fuerte de Francia.

Sólo entonces cometió un error notable. Un militarillo corso llamado Napoleón Bonaparte intentó tener un «affaire» con ella, pero la dama lo consideró muy poca cosa y le presentó a su amiga criolla Josephine Tascher de la Pagerie, con lo que se perdió ser Emperatriz de Francia. Teresa se enfocó en el creso banquero Ouvrard y cuando llegó la restauración monárquica, desposó al conde de Caraman, con lo que volvió a ser aristócrata. Como vemos, tuvo un comportamiento típicamente valenciano. Sobrevivió 15 años más en su castillo de Chimay, cerca de Bélgica, marginada por un marido casquivano y por sus hijos, que nunca le hicieron caso.

Gracias al librero Jordan, que junto con Alberto Soldado, es el erudito más profundo de la Pilota Valenciana, hemos rescatado hoy su historia en esta Valencia que la vio nacer. Aunque le hayan hurtado injustamente su condición de valenciana.

Compartir el artículo

stats