El futuro de la estación que diseñó Thom Mayne, premio Pritzker de arquitectura en 2005, para la ciudad de Vigo avanza, al igual que lo hacen la estación de la Sagrera en Barcelona o la operación Chamartín en Madrid gracias al respaldo del Gobierno central, que en cambio se muestra remiso con las infraestructuras pendientes en Valencia. El consejo de administración de Adif „el gestor de infraestructuras ferroviarias dependiente del Ministerio de Fomento„ aprobó el pasado viernes la licitación de un nuevo concurso para la construcción y explotación del complejo Vialia, el espacio ideado por el arquitecto norteamericano que coronará la estación del AVE de Vigo.
El impulso del Ministerio de Fomento al espacio lúdico y comercial que culminará la estación a modo de gran mirador sobre la ría contrasta con la demora de las infraestructuras ferroviarias pendientes del Parque Central de Valencia, entre ellas la Estación Central diseñada por César Portela, que el Ministerio de Fomento ha dado prácticamente por finiquitada en la propuesta que lanzó en septiembre la ministra Ana Pastor al alcalde, Joan Ribó, que pasaba por abaratar al máximo la operación ferroviaria pasando de los 1.300 millones de euros previstos inicialmente a 200 millones de euros, una cantidad que además tendrían que financiar las administraciones valencianas. La alternativa «low cost» de la ministra Pastor para Valencia supone renunciar a la nueva estación, conservando la provisional de Pintor Sorolla, y ejecutando únicamente la parte que queda del canal de acceso ferroviario para poder avanzar en la urbanización del Parque Central, un gran jardín de 22 hectáreas con cuatro rascacielos y más de 4.000 viviendas.
El Ministerio de Fomento ha rediseñado la estación de Vigo para, según apuntó la ministra Pastor, hacerla más atractiva para los inversores. Destaca en este sentido la elevada superficie de uso terciario que se ha incluido. Las empresas que opten a construcción y explotación de la nueva estación de Vigo pueden optar entre construir 42.000 m2 de zonas comerciales o 35.000 m2, lo que supone una inversión que oscila entre 152 y 83 millones de euros. La empresa que se quede este espacio podrá explotarlo durante 50 años. Según el ministerio de Fomento ya hay tres operadores, dos de ellos nacionales, que se han interesado por la nueva estación de Vigo.
Mientras Vigo despeja el futuro de una infraestructura que se convertirá en un hito arquitectónico para la ciudad, la estación que diseñó César Portela para Valencia, que también incluía un edificio de hasta 12 plantas de uso comercial, con el que se financiaría parte de la operación, sigue aparcada «sine die» . Fomento tiene pendiente, además, la ejecución del túnel pasante que cruzará la ciudad para dar salida hacia Castelló al tráfico ferroviario, una infraestructura aún más incierta, que Fomento da por aparcada.
