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Carrera de fondo

Carrera de fondo

Era una conversación accidental entre gente informada. Alguien sacó a relucir el atentado, unos años atrás, en un país nórdico. Había dudas sobre si era Suecia, Noruega o Dinamarca. Google ayudó a aclarar las cosas. Fue un día de julio de 2011, solo hace cuatro años, murieron setenta y siete personas. Una bomba explotó en Oslo y un descerebrado empresario noruego tiroteó a una multitud de jóvenes laboristas en la isla de Utoya. Se nos olvidan pronto las desgracias.

La maratón de Valencia llega a su trigésimoquinta edición, arrasando. Dieciséis mil corredores a los que se suman los ocho mil quinientos que se apuntaron a correr diez kilómetros. Organizada por la Sociedad Deportiva Correcaminos y el Ayuntamiento de Valencia cuenta con el patrocinio de la Fundación Trinidad Alfonso y va camino de conseguir la etiqueta de oro de la IAAF. Eso la situaría entre las mejores del mundo. Miguel Pellicer, Toni Lastra y tantos otros plantaron una semilla que a base de perseverancia, paciencia, trabajo y dedicación ha germinado en todo su esplendor. ¡Qué diferencia con las primeras ediciones!

Uno de los personajes de «Diario de un yuppie» de Louis Auchincloss decía que «cuando siento la necesidad de ejercicio físico me quedo quieto hasta que el sentimiento desaparece». A mucha gente le pasa lo mismo. Asolados por la pereza, la incredulidad acerca de sus capacidades o la mera desidia, se ven incapaces de ejecutar tamaña heroicidad. A pesar de ello llenan las calles para animar a los corredores, emocionarse con su lucha contra el dolor y el agotamiento, dejando que la envidia les corroa. Las familias de los corredores y las corredoras les empujan con gritos de aliento. Los puestos de animación les dan alas.

Es un espectáculo de héroes cotidianos, de esos que con orgullo leerán en el listado que publicarán los periódicos su marca y su nombre. Se guardarán la hoja para enseñarla con satisfacción a sus amigos. Listos para un nuevo reto, una nueva maratón. Los que lo han probado dicen que es adictivo, que empiezas y no puedes parar, que te fuerzas a entrenar y a probarte, a retarte y a ganarte.

Sin constancia, sin lucha, sin inteligencia, sin férrea voluntad, no se consigue ningún objetivo que valga la pena. Vivir es una carrera de fondo, con sus momentos buenos y los terribles. Lo importante es seguir adelante, por una línea recta.

Los corredores han guardado un minuto de silencio por las víctimas de los atentados de París. Los resistentes, los luchadores, los gladiadores del running participaban en el homenaje a los insensatamente asesinados, con esquirlas en el corazón. Nuestras ciudades son vulnerables porque son espacios para la libertad. Atar las ciudades a la oscuridad, condenarlas al miedo, oscurecer su vida, es el objetivo de los terroristas. A la hora en que escribo estas líneas Francia está bombardeando Raqqa, en Siria.

Le achuchaban mucho para que hiciera deporte, para que dejara de fumar, para que se cuidara. Intentaba justificar lo injustificable. Ponía ejemplos absurdos de superhombres o supermujeres que, contra toda lógica, habían muerto longevos desdeñando los consejos saludables. Les recordaba una de las entrevistas que le hicieron a Churchill, próximo a cumplir noventa. ¿Cuál es el secreto de su longevidad? „ El ejercicio, sin duda„¿Lo practica mucho?- No, nunca lo hice.

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