Unificar deseos de diferentes poblaciones no es fácil. Y prueba de ello es que, pocos minutos después de firmarse el protocolo, el alcalde de Mislata apremió al de Valencia para restituir la prolongación de las líneas de autobús que, desde la pasada legislatura, ya no se adentran en poblaciones como la suya. «Se trata de algo tan sencillo como que Joan Ribó levante el teléfono y llame al gerente de la EMT y que, de forma inmediata, puedan regresar los autobuses. Carlos Fernández Bielsa todavía recordaba la decisión del ayuntamiento de Rita Barberá de suprimir las paradas, lo que consideró «un error político y una demostración de ceguera».

Llama la atención que la «declaración de Mislata», en la que los alcaldes de las siete poblaciones afectadas (Mislata, Alboraia, Xirivella, Paterna, Burjassot y Vinalesa y Moncada) solicitaron el regreso de las líneas de la capital, se produjo apenas unos días antes de la presentación oficial del nuevo programa unificador. En cualquier caso, lo que Fernández Bielsa trató de evitar es pronunciarse sobre la reivindicación del ayuntamiento de Valencia: que estas poblaciones ayudaran al sostenimiento de las líneas mediante aportaciones económicas. Ahí se remitió a ese Contrato Programa. «El regreso de las líneas es una decisión política y cuando llegue el Contrato Programa, se financiará». Y apeló a esa solidaridad al carácter «progresista» de los ayuntamientos afectados. m. d. valencia