Ramón Vilar, concejal de Hacienda del Ayuntamiento de Valencia, reclamaba ayer por enésima vez al Gobierno «una financiación justa y adecuada», mientras Joan Ribó y la consellera María José Salvador recibían un jarro de agua fría con el frustrado proyecto del Parque Central. Vilar, que minutos antes había defendido las cuentas de 2016 en la comisión de Hacienda, advertía que los 2,4 millones consignados para las aportaciones patrimoniales del Consorcio Valencia 2007, «serán los últimos que va a aportar» el consistorio. Una compensación por el depósito de pluviales hará que finalmente se quede en 600.000 euros . «La deuda tiene que asumirla el estado», lanzaba Vilar, que llevará los presupuestos al pleno extraordinario de este viernes y que, tras su exposición al público, serán aprobados de manera definitiva el próximo 23 de diciembre. Vilar ha insistido en la «infradotación» que padece el Ayuntamiento de Valencia, «así como la Administración Local en general, el municipalismo, con la que „ aseguraba„, estamos en absoluto desacuerdo».

El edil socialista incidió en la necesidad de que se revise la fórmula por la que se calcula la participación de las entidades locales en los ingresos del Estado y las aportaciones que éste dedica a los municipios. «Valencia debe recibir una cantidad significativamente elevada tanto de las transferencias corrientes, como de las transferencias finalistas, es decir, las que están ligadas a una actuación concreta», apuntaba. Así, calificaba de «inaplazable» alcanzar un contrato-programa para la financiación de la EMT, de manera que el Estado participe en el desarrollo del transporte urbano. En cuanto a las transferencias de la Generalitat, aunque reconoció que también el Consell debería aportar, «entendemos que no dispone de financiación justa ni suficiente tampoco ni siquiera para hacer frente a sus propias competencias, entre ellas, las aportaciones a los ayuntamientos».

Vilar quiso enfatizar que la rebaja de 2,8 millones en la partida dedicada a la seguridad no implica un descenso en los fondos para la Policía Local. «Es absolutamente falso y quiero acabar con esa leyenda urbana», remachó. La menor cuantía se debe únicamente «a un ajuste contable para no hinchar los ingresos previstos por la grúa». «No es nuestra voluntad que la grúa se convierta en un instrumento de recaudación fiscal sino en una herramienta para facilitar la fluidez del tráfico y la mejora de la movilidad», comentaba. «Los presupuestos deben hacerse con todo rigor, y sin consignar ingresos no contemplados», señalaba.

Pocas alegaciones a ordenanzas

Para Vilar, los Presupuestos Municipales para 2016, en comparación con las previsiones de gobiernos anteriores cumplen la siguiente máxima: «Los bancos pueden esperar; las personas, no». Se refería a que la refinanciación de la deuda permitirá destinar el dinero a inversiones, y no al pago de intereses a las entidades bancarias. El concejal de Hacienda, además, aseguró que ha habido pocas alegaciones a las ordenanzas fiscales „ cuyo plazo concluye el próximo día 25„, « no ha habido una avalancha brutal, a no ser que se presenten el último día».