Mientras el Ministerio de Fomento ha decidido sacar las tijeras y reducir de 2.800 millones a 1.400 millones el presupuesto para el Parque Central, el agravio es mayor si se esto se compara con las inversiones en infraestructuras que Fomento sí ha aprobado en los últimos meses en otras ciudades españolas.

Así, el Gobierno Central licitó el pasado 17 de septiembre el proyecto arquitectónico de la estación de la Sagrera de Barcelona, la mayor infraestructura por volumen de inversión (650 millones de euros) que se ejecutará en los próximos años en la ciudad condal.

El anuncio de la licitación del proyecto arquitectónico de la Sagrera se produjo pocos días después del encuentro que mantuvo la alcaldesa, Ada Colau —que no considera que la estación sea prioritaria en este momento—, con la ministra de Fomento, Ana Pastor. Colau, sin embargo, no está conforme con el modelo de financiación, basado en las plusvalías comerciales e inmobiliarias que se recogió en el convenio que Barcelona firmó en 2013 con Fomento para ejecutar las infraestructuras ferroviarias pendientes.

El alcalde de Valencia, Joan Ribó, también se reunió en septiembre con la ministra Pastor, un encuentro del que el alcalde salió «muy decepcionado» y que no se ajustaba a lo anunciado antes de las elecciones de mayo por la anterior alcaldesa, Rita Barberá, que dijo que existía un «compromiso cierto» del ministerio de ejecutar las inversiones del Parque Central y el túnel de Serrería.

En los últimos meses también se ha aclarado el futuro de la estación que diseñó Thom Mayne, premio Pritzker de arquitectura en 2005, para la ciudad de Vigo. El proyecto avanza gracias al respaldo del Gobierno central ya que el consejo de administración de Adif aprobó a finales de octubre la licitación de un nuevo concurso para la construcción y explotación del complejo Vialia, el espacio ideado por el arquitecto norteamericano que coronará la estación del AVE de Vigo y que supone una inversión que oscila entre 152 y 83 millones de euros.