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'Som Velluters'

'Som Velluters'

El próximo año Valencia será Ciudad de la Seda 2016, la Unesco ha reconocido el papel histórico que representó nuestral ciudad en la ruta de la Seda. El primer encuentro del programa se ha celebrado en la ciudad china de Xian, en el denominado kilómetro 0 del recorrido de la ruta. Será una buena oportunidad para que se conozca mejor la importancia de la industria sedera valenciana en el siglo XV, de ahí que contara con instituciones tan emblemáticas como el Colegio del Arte Mayor de la Seda, declarado Monumento Histórico Artístico Nacional en 1981 y la Lonja de los Mercaderes de la Seda, Patrimonio de la Humanidad en 1996. Se cuenta que dos monjes trajeron, en sus bastones huecos, desde un país llamado Serinda, la simiente de los gusanos de seda, y que fue el gremio de velluters de Valencia, nacido en 1474, el que mayor relevancia alcanzó. Tan es así que tenía sus propias ordenanzas mediante la cuales se perseguían el intrusismo profesional y se controlaba con rigor la calidad del producto llegando a determinar hasta el ancho, la cuenta y el peso de los tejidos de la seda. Dos siglos más tarde Carlos II concedió al gremio de tercioperleros la consideración de artistas y su casa de oficios, por designación real, pasaría a llamarse Colegio del Arte Mayor de la Seda, en éste lugar se construyó la fábrica de seda que llegó a dar trabajo a más de trescientas personas. Situada en la calle Hospital, antes carrer dels inocentes, es un edificio gótico que en la actualidad, tras muchos años de abandono, se está rehabilitando. Se trata de una mansión que mandó construir Lorenzo Tamarit, miembro de una familia descendiente de Berenguer de Tamarit quién acudió a la conquista de Valencia acompañando al rey En Jaume. El siglo XVII fue el gran siglo de la seda valenciana, se producía en Valencia seda de gran calidad, y en el siglo XVIII unas 10.000 familias, o sea la mitad de los habitantes de la ciudad aproximadamente, vivían de la industria de la seda. Ligado a ésta industria destacó Joaquín Manuel Fos, valenciano ilustre que viajó por medio mundo para conocer los secretos de la industria sedera. Llegó a ser inspector general de las fábricas de seda del Reino, era él quién ordenaba quemar las piezas faltas de peso y el que multaba a sus fabricantes, expuestos a la pública vergüenza frente a la lonja.Por desgracia en el siglo XIX el panorama cambió, la industria de la seda no pudo con circunstancias tan adversas como la guerra de la Independencia, las guerras civiles, la crisis de los gremios, la competencia extranjera, la pérdida de los mercados en ultramar, y sobre todo la epidemia de la pebrina que asoló los campos de moreras. Con la mecanización del hilado, muchos velluters abandonaron la lanzadera y el taller para pasar a la fábrica, pero las condiciones laborales eran pésimas y los salarios míseros. En ese caldo de cultivo nació el famoso motín de Velluters considerado como una de las primeras reivindicaciones del proletariado urbano de Valencia. Tuvo lugar el 21 de enero de 1856, mientras el gobierno ordenaba al ejército que marchara contra los trabajadores, ellos orgullosos y valientes, salieron a la calle al grito de «Som velluters».

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