La sentencia condenatoria que impone cuatro años y medio de prisión a un agente de la Policía Local de Valencia por tramitar dos boletines de denuncia falsos ha generado un gran malestar entre la plantilla y una indignación generalizada entre el colectivo ya que en la misma «no se han tenido en cuenta ninguna de las pruebas aportadas por la defensa», aseguraron fuentes del Sipol. Asimismo dicha sentencia, de la que informó Levante-EMV hace unos días, supone la pérdida definitiva de la condición de policía por parte del acusado, pese a que su compañero «ratificó al pie de la letra y sin ningún tipo de dudas la versión dada por éste sobre el mal estacionamiento del vehículo en cuestión».

Es este último aspecto el que más preocupa a los policías, quienes ayer por la mañana entregaron en sus respectivos retenes los boletines de denuncia en señal de apoyo al compañero condenado, al que todo el mundo describe como «un gran profesional», y en protesta al sentirse desprotegidos ante una posible acusación de denuncia falsa. «Nos sentimos vendidos si el juez no da credibilidad a nuestra palabra ni a la del compañero». Asimismo fuentes del Sipol solicitan que el Ayuntamiento se haga cargo del pago de 42.000 euros al que ha sido condenado el agente.