La supresión de la poesía a la fallera mayor de Valencia del Libro Oficial de 2016 estaba necesitada de una explicación del máximo responsable de fiestas, que al final hizo más un repaso de las relaciones entre el nuevo equipo de gobierno y Lo Rat Penat, un binomio de difícil digestión por razones obvias. Y la principal conclusión que es que la supresión es innegociable por una cuestión de legalidad, pero que las puertas están abiertas, hasta el punto que se puede seguir contando con el concurso a efectos oficiales, pero se desearía un mayor aperturismo lingüístico. Todo esto, a falta de una próxima reunión del concejal Pere Fuset con los responsables de la centenaria entidad.

Fuset recordó que se trata de una cuestión legal. «Y no hemos hecho nada que no haya sucedido otras veces. No es la primera vez que las falleras mayores no tienen poesías. Ya sucedía en los años ochenta. Y no podemos obviar que hay una normativa oficial. Yo me creo las normas de la AVL y son, a todos los efectos, las que legalmente han aprobado y aprobado los responsables de todos los partidos políticos valencianos. El Libro Oficial se edita en valenciano normativo desde 2003. Y eso no excluye que, como premios que son, se publiquen los ganadores en sus páginas. Eso se va a seguir respetando».

La relación con Lo Rat Penat es complicada. «Es que lo que yo quisiera es que todos aquellos que tienen inquietudes en nuestra lengua pudieran optar a sus premios. Eso es lo que quiero decirles cuando me reúna con ellos. Si no, convertimos el concurso en algo endogámico y en un negocio, porque también lo es, que queda en muy pocas manos». Y recordó que «hay líneas que no se pueden traspasar. No puede ser, por ejemplo, que manipulen los logotipos oficiales. En la convocatoria de los Jocs Florals, por ejemplo, ponen Consellería de Cultura «i Deport». Eso puede incluso privarles de la subvención».

El concurso de llibrets no es un acto oficial de la Junta Central Fallera «pero se le da la importancia que supone que sus innumerables premios se entreguen en la plaza del ayuntamiento. No hay inconveniente en que esto siga siendo así, aunque sea un concurso privado». Lo que se prevé es una reducción drástica de la subvención a la entidad. «A ver, lo que no podemos es estar pagando sede, luz, sueldos y demás, poniendo 55.000 euros, a una entidad privada, cuando nos dicen que la cantidad que destinan a premios es de 7.500».