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Las bodas sordas de Isabel y Damiata

Las bodas sordas de Isabel y Damiata

Joanot Martorell nació en Valencia en 1410, no en Gandia como hasta hace poco se creía. Sus antecesores probablemente llegaron desde Cataluña, de la villa de Martorell, formando parte de las milicias reclutadas por Jaume I, de él recibieron casas y tierras en la fértil huerta de Gandia, ciudad que pronto se convertiría en un brillante centro cultural y económico. Los Martorell ocuparon importantes cargos en la corte señorial de Gandia, cuando comenzó su declive, se trasladaron a Valencia convertida ya en un importante centro económico donde pudieron emprender negocios y llevar una vida lujosa.

Testigo de acontecimientos importantes en la Valencia medieval como el Compromiso de Caspe, la llegada del rey Fernando I o la boda de Alfonso V, Joanot Martorell se dedicó al aprendizaje del arte militar, también alcanzó una completa formación intelectual, aunque antes de poderse dedicar al cultivo de las letras, tuvo que ocuparse, por encargo de su padre, de la economía familiar que no atravesaba una situación muy boyante.

Con tres hermanas que dotar, muchas personas que alimentar, sin cargos oficiales con los que obtener recursos, y con los señoríos gravados, resulta sencillo comprender que fueran muchas las deudas contraídas.Sus hermanas Isabel y Damiata, celebraron en la intimidad las conocidas como bodas sordas o clandestinas, que era la manera de ser prometidas, para desde entonces poder mantener relaciones íntimas, hasta que se pudiera pagar la dote y celebrar el casamiento. Cuando Isabel y Damiata exigieron a sus prometidos cumplir con el rito sacramental y hacer público su matrimonio, Ausiàs March, prometido de Isabel, no se negaba a celebrar el enlace pero esperaba recibir los tres mil florines de la dote. El caso de Damiata fue más traumático, Joan de Monpalau no negaba sus relaciones con ella pero sí que le hubiese dado palabra de matrimonio, negándose en consecuencia a celebrarlo. Joanot tuvo que salir en defensa del honor ultrajado de su hermana y retó a muerte al perjuro, para ello acudió a Inglaterra a solicitar el permiso del rey Enrique IV ya que la reina doña María había prohibido los duelos en el reino de Valencia. Al final la ultrajada aceptó una elevada indemnización y se retuvo a Joan de Monpalau para que no pudiera acudir a la cita mortal acordada en Inglaterra.

Al final Joanot Martorell para poder sobrevivir tuvo que alistarse en el ejército. La fama de Joanot Martorell le llega por ser el autor de El Tirant lo Blanch, una de las obras más importantes de la literatura universal, cumbre indiscutible del género de novelas de caballerías (una de las tres que salvara El Quijote del fuego purificador). Magnífica historia de valentía y amor entre el caballero Tirant, y la bellísima Carmesina, princesa de Constantinopla cuyo mayor afán era conservar su virginidad, junto a su fiel doncella Plaerdemavida, el primo Diafebus, Hipólito y la malvada Viuda Reposada enamorada en realidad de Tirant quién intentará con engaños y enredos interponerse entre los amantes. En la actualidad muchas parejas disfrutan de algo similar a las bodas sordas cuando se van a vivir juntos, no esperan recibir dote alguna, lo hacen para probar suerte hasta que desean tener descendencia, en ese momento anuncian la celebración de su casamiento. Bodas sordas como hace siglos, aunque por fortuna no clandestinas.

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